Tsar Ivan IV Vasilyevich the Terrible (1530-1584) Viktor Vasnetsov (1848-1926)
Viktor Vasnetsov – Tsar Ivan IV Vasilyevich the Terrible (1530-1584)
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Pintor: Viktor Vasnetsov
Ubicación: The State Tretyakov Gallery, Moscow (Государственная Третьяковская галерея).
En este cuadro, la imagen de Iván Vasílievich el Terrible se transmite con una profundidad increíble. Vasnetsov ha demostrado claramente cómo se puede crear un retrato de un personaje histórico para que sea increíblemente vivo, lo más profundo posible y muy sentido. Vemos al terrible tal y como lo describen sus contemporáneos. Lo más probable es que al pintor le ayudara el hecho de estar increíblemente cerca del trabajo del pueblo y, por tanto, conocerlo bien. En los cantos históricos del pueblo, Iván el Terrible aparece formidable, pero increíblemente sabio.
Descripción del cuadro de Victor Vasnetsov "El zar Iván Vasilievich el Terrible".
En este cuadro, la imagen de Iván Vasílievich el Terrible se transmite con una profundidad increíble. Vasnetsov ha demostrado claramente cómo se puede crear un retrato de un personaje histórico para que sea increíblemente vivo, lo más profundo posible y muy sentido. Vemos al terrible tal y como lo describen sus contemporáneos. Lo más probable es que al pintor le ayudara el hecho de estar increíblemente cerca del trabajo del pueblo y, por tanto, conocerlo bien.
En los cantos históricos del pueblo, Iván el Terrible aparece formidable, pero increíblemente sabio. Lo más probable es que Vasnetsov también se viera influenciado por los antiguos edificios de la época de Iván IV, que tanto le impresionaron en Moscú. En particular, la Catedral de San Basilio, que expresa lo mejor de la arquitectura de la época. Lo más probable es que esto sea lo que llevó a Vasnetsov a reflexionar seriamente sobre la personalidad del zar y el contenido que llenaba toda la época. Lo más importante es que reflexionó sobre esto de una manera nueva.
El pintor consiguió crear una imagen verdaderamente majestuosa de Iván el Terrible. Este hombre se distingue por una voluntad increíblemente fuerte, gran fuerza de ánimo, determinación, severidad, cierta suspicacia, secretismo. Todos estos rasgos se debían a las peculiaridades de la época en la que había constantes complots y traiciones. El Zar estaba por encima del resto de su séquito no sólo en su rango sino también espiritualmente. Intuimos lo peculiar y significativo de la personalidad de Iván el Terrible. Las manos son increíblemente expresivas.
La figura del zar ocupa todo el lienzo en vertical, ya que se le representa de pie. Esto contribuye a que la sensación de grandeza aumente al máximo. El zar está por encima de su entorno, lo domina, pero al mismo tiempo forma un todo unificado con él.
Todo el colorido del cuadro es increíblemente austero y comedido. El atuendo del zar se transmite con precisión histórica. El fondo arquitectónico lo crea la imaginación del pintor.
El cuadro se terminó en 1879.
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En el lienzo se observa a un hombre de complexión robusta, vestido con una indumentaria suntuosa que denota alto rango y poder. La figura domina verticalmente la composición, reforzada por su posición en lo alto de unos escalones y la altura del tocado. El atuendo es ricamente ornamentado, con brocados dorados sobre un fondo rojizo, y está complementado con una gran capa de piel que sugiere tanto estatus como protección contra el frío. En sus manos sostiene un cetro y una esfera, símbolos tradicionales de autoridad real.
El rostro del personaje se caracteriza por una expresión intensa y perturbadora. Sus ojos, hundidos y penetrantes, transmiten una mezcla de desconfianza, melancolía y quizás locura. La barba larga y descuidada, a pesar de su longitud, no parece ser un signo de piedad o sabiduría, sino más bien de aislamiento y obsesión.
El fondo es oscuro e indefinido, aunque se distinguen elementos arquitectónicos que sugieren un interior palaciego. Se aprecia una ventana con arcos intrincados, a través de la cual se vislumbra un paisaje sombrío y posiblemente hostil. La iluminación es dramática, concentrándose en el rostro y las manos del personaje principal, lo que acentúa su presencia imponente pero también su vulnerabilidad.
La paleta cromática, dominada por tonos rojizos, dorados y marrones oscuros, contribuye a crear una atmósfera opresiva y tensa. La riqueza de los materiales contrastan con la expresión atormentada del rostro, sugiriendo un conflicto interno profundo.
Subyacentemente, la obra parece explorar la naturaleza del poder absoluto y sus consecuencias psicológicas. El personaje no se presenta como un gobernante glorificado, sino como una figura solitaria, atormentada por su propia autoridad y aislada de su entorno. La ventana abierta podría simbolizar tanto el acceso a información como la exposición a peligros externos, mientras que los elementos arquitectónicos sugieren un espacio confinado que refleja la prisión del poder. El cetro y la esfera, aunque símbolos de soberanía, parecen ser una carga más que una fuente de satisfacción. En general, se percibe una fuerte crítica implícita al ejercicio del poder sin límites y a su impacto destructivo en el individuo.