Gustav Klimt – Death of Romeo and Juliet
Ubicación: Burgtheater, Wien.
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La composición presenta una escena de profundo dramatismo y luto en un interior ricamente decorado. En el centro del primer plano yacen dos figuras jóvenes, presumiblemente un hombre y una mujer, extendidos sobre lo que parece ser una plataforma o sepulcro improvisado. Ambos cuerpos muestran una palidez cadavérica y una postura que sugiere la muerte; uno de ellos está inclinado hacia el otro en un gesto de cercanía final.
A su alrededor se agrupa un conjunto numeroso de personajes vestidos con ropajes elaborados, propios de una época histórica concreta –se perciben cuellos altos, mangas abullonadas y tejidos suntuosos–. Las expresiones faciales varían desde la consternación y el dolor evidente hasta una más contenida tristeza o incluso curiosidad distante. Un hombre, situado a un lado del sepulcro, parece estar pronunciando unas palabras; su gesto y posición sugieren que podría tratarse de un orador en un funeral.
En el fondo, se observa un grupo de figuras sentadas, posiblemente miembros de la nobleza o familia de los difuntos, quienes contemplan la escena con una mezcla de pesar y formalidad. La iluminación es tenue y concentrada sobre las figuras principales, creando fuertes contrastes de luz y sombra que acentúan el carácter trágico del momento.
La arquitectura del espacio –arcos decorados, columnas y paredes revestidas– denota un ambiente palaciego o religioso. El marco ornamental que rodea la escena refuerza la idea de una representación teatralizada o ceremonial.
Subtextos potenciales: La pintura explora temas como el amor trágico, la pérdida irreparable, el duelo colectivo y las convenciones sociales en torno a la muerte. La presencia de un orador sugiere la importancia del discurso público y la necesidad de dar sentido al sufrimiento. El contraste entre la intimidad de los cuerpos sin vida y la formalidad del entorno podría interpretarse como una crítica a la hipocresía o el distanciamiento emocional en situaciones de dolor. La riqueza de los atuendos y la arquitectura sugieren que se trata de personajes pertenecientes a un estatus social elevado, lo cual añade una dimensión política o simbólica al evento representado. La composición general transmite una sensación de solemnidad y desesperación, invitando a la reflexión sobre la fragilidad de la vida y el poder destructivo del destino.