Vereshchagin Vasily (Petrovich) – The Siege of the Trinity-Sergius Lavra 900 Classic russian paintings
Vereshchagin Vasily (Petrovich) - The Siege of the Trinity-Sergius Lavra
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El cuadro de Vasili Petrovich Vereshchagin El asedio de la Lavra de la Trinidad-Sergio, pintado en 1891, representa uno de los períodos más amargos de la historia de nuestra Patria. No tiene sentido relatar los acontecimientos que se produjeron en aquella época, apodada "tiempo de los problemas". El cuadro representa un episodio de asalto a un monasterio, aunque el espectador no ve ninguna escena de batalla.
Descripción del cuadro de Vasili Vereshchagin El asedio de la Lavra de la Trinidad
El cuadro de Vasili Petrovich Vereshchagin El asedio de la Lavra de la Trinidad-Sergio, pintado en 1891, representa uno de los períodos más amargos de la historia de nuestra Patria. No tiene sentido relatar los acontecimientos que se produjeron en aquella época, apodada "tiempo de los problemas". El cuadro representa un episodio de asalto a un monasterio, aunque el espectador no ve ninguna escena de batalla. Más bien es lo contrario. En primer plano, los espectadores ven los rostros ansiosos, sufrientes y asustados, pero al mismo tiempo espiritualizados, de personas que están dispuestas a morir, pero no a traicionar a su Patria y a su fe.
De hecho, el artista fue capaz de expresar el significado de lo que estaba sucediendo, utilizando no precisamente los símbolos habituales. La unidad del pueblo y del clero en la hora del luto, representada por el sacerdote que lleva una bendición, y al mismo tiempo el espíritu de lucha de los defensores de la Lavra, escuchando atentamente las instrucciones del superior y dispuestos a defender su tierra, todo esto lo lleva el artista un poco en el fondo del cuadro. Compositivamente, estos elementos se sitúan en el lado izquierdo y derecho del cuadro.
La parte central de la composición, que no llama inmediatamente la atención sobre el fondo del enorme templo ortodoxo, es un grupo de defensores del Lavra, que llevan a su camarada herido. Cada uno de estos personajes representa una parte diferente de la sociedad de la época. Con esta combinación, el artista quería mostrar la unidad de todos, como se suele llamar ahora a los "grupos sociales", contra el enemigo. Si quieres, ¡la unidad de todo el pueblo ruso!
Al mismo tiempo, la tristeza de la composición central no disminuye el aspecto positivo del cuadro. A pesar de la tristeza general, está llena de muchos símbolos que insinúan los cambios positivos que se avecinan. En la parte inferior, en el centro del cuadro, el artista representa un arma abandonada, sugiriendo que la guerra ha sido impuesta desde el exterior. Al mismo tiempo, en la esquina inferior izquierda del cuadro, se representa un pequeño niño jugando como símbolo de la futura vida pacífica.
El lienzo está pintado en colores claros, sugiriendo de nuevo un resultado positivo del agotador asedio a la Lavra. La espiritualidad del pueblo ruso, su unidad en tiempos difíciles y el cielo brillante, aunque nublado, de la Madre Patria: estos son los principales pensamientos que Vasily Petrovich Vasnetsov quería transmitir al espectador.
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La obra presenta una escena bulliciosa y dramática frente a las murallas de un monasterio fortificado. El autor ha representado una multitud densa congregada en lo que parece ser el patio exterior o plaza adyacente al complejo religioso. La composición se centra en la interacción entre figuras vestidas con ropas diversas, sugiriendo diferentes estratos sociales y roles dentro de la comunidad.
En primer plano, observamos un grupo de personas que parecen estar involucradas en actividades cotidianas: mujeres atendiendo a niños pequeños, hombres conversando o negociando, y otros ocupados en el intercambio de bienes. La presencia de cestas con productos y objetos dispersos indica una actividad mercantil activa. A la izquierda, bajo un arco prominente, se distingue un grupo de figuras eclesiásticas, posiblemente monjes o sacerdotes, que observan la escena con expresión seria.
Hacia el centro de la imagen, la multitud se agolpa alrededor de figuras que portan estandartes y banderas, lo que sugiere una manifestación pública o un evento ceremonial. La tensión es palpable; algunos individuos muestran signos de angustia o preocupación, mientras que otros parecen estar armados o preparados para la acción. En el fondo, las murallas del monasterio se alzan imponentes, con torres y baluartes que denotan su función defensiva. Se percibe humo a lo lejos, insinuando un conflicto o amenaza externa.
La paleta de colores es rica y terrosa, dominada por tonos ocres, marrones y grises, que evocan una atmósfera sombría y realista. La luz incide sobre los rostros y vestimentas de las figuras, creando contrastes dramáticos y resaltando sus expresiones emocionales.
Subtextos potenciales:
La pintura parece aludir a un momento crítico en la historia de una comunidad religiosa, posiblemente durante un asedio o conflicto bélico. La presencia del monasterio como símbolo de fe y resistencia contrasta con el caos y la incertidumbre que se manifiestan en la multitud. La interacción entre las figuras eclesiásticas y los miembros de la comunidad sugiere una búsqueda de consuelo, guía o protección frente a la adversidad.
El autor parece interesado en explorar temas relacionados con la vulnerabilidad humana, la importancia de la fe en tiempos de crisis y el impacto del conflicto en la vida cotidiana. La representación detallada de las figuras y sus emociones transmite un sentido de autenticidad y empatía hacia los personajes retratados. La obra podría interpretarse como una reflexión sobre la fragilidad de la paz y la necesidad de defender los valores espirituales frente a la amenaza externa.