Sunny day. Spring. 1876-1877 Isaac Ilyich Levitan (1860-1900)
Isaac Ilyich Levitan – Sunny day. Spring. 1876-1877
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Pintor: Isaac Ilyich Levitan
La época del cuadro "Día soleado. La primavera" fue el 17º cumpleaños del artista Isaak Levitan. El joven estudiaba en la escuela de pintura de Moscú. La dirección principal del maestro se convirtió en paisajes. Tal vez no era sólo un amor por la naturaleza. Levitan fue alumno del famoso artista Alexey Savrasov, quien, a su vez, era un maestro en la representación de la esencia del mundo circundante. Su amistad y su visión compartida de la esencia de la belleza de la naturaleza son dignas de consideración.
Descripción del cuadro de Isaac Levitan "Día soleado. Primavera".
La época del cuadro "Día soleado. La primavera" fue el 17º cumpleaños del artista Isaak Levitan. El joven estudiaba en la escuela de pintura de Moscú. La dirección principal del maestro se convirtió en paisajes. Tal vez no era sólo un amor por la naturaleza. Levitan fue alumno del famoso artista Alexey Savrasov, quien, a su vez, era un maestro en la representación de la esencia del mundo circundante.
Su amistad y su visión compartida de la esencia de la belleza de la naturaleza son dignas de consideración. También es evidente que el mentor de Levitan le sugirió no sólo pintar, sino poner toda su alma en los cuadros. El paisaje debe ser natural, no esbozado: esta es la principal característica de la creatividad.
La obra de Levitan "Sunny Day. La primavera" incorpora la ligereza y la maravilla del entorno. Se representa un acogedor rincón de pueblo rodeado de hermosos árboles. La casa es de madera, lo que demuestra la sencillez del alma rusa.
La ubicación de la vivienda parece estar en la sombra, pero el sol sigue abriéndose paso entre los esbeltos abedules, iluminando el resto del patio. Los atrevidos medios tonos de verde muestran perfectamente la juventud y la pureza del entorno. Las ventanas son muy pequeñas, como si detrás de ellas se escondiera el misterio de la vida cotidiana de las personas. El exterior de la casa de madera se ve atraído por la felicidad familiar que reina en su interior. El pájaro doméstico en el patio muestra la responsabilidad del hombre.
La naturaleza excepcional es la principal inspiración de Isaac Levitan. Se puede rastrear a simple vista el deseo del artista de mostrar la belleza interior y la fragilidad de la naturaleza. Sin duda, las primeras obras del maestro apestan a su realismo juvenil, ya que los colores son muy vivos y pegadizos.
La presencia de lo acogedor en el cuadro de Levitan impresiona al espectador y le hace retroceder a su infancia, donde hay un rincón rústico y sencillo de felicidad.
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La obra presenta una cabaña rústica en un claro del bosque, presumiblemente durante la estación primaveral. El edificio, construido con madera sin tratar, se integra al paisaje circundante; su estructura simple y modesta sugiere una vida alejada de los centros urbanos. La luz solar ilumina directamente una de las paredes laterales, creando un fuerte contraste entre las zonas iluminadas y las sombras profundas que envuelven el resto de la construcción y parte del terreno.
El entorno inmediato a la cabaña está poblado por vegetación exuberante: árboles jóvenes con follaje incipiente, arbustos y hierba alta. En primer plano, se distinguen aves de corral – gallinas y un gallo– que añaden una nota de vida cotidiana y actividad al conjunto. La presencia de troncos caídos sugiere la naturaleza dinámica del bosque y el paso del tiempo.
El cielo, representado en tonos pálidos de azul y gris, transmite una atmósfera serena y tranquila. No obstante, la pincelada suelta y visible, característica en la representación de los árboles y la vegetación, introduce un elemento de movimiento y espontaneidad.
Subyacentemente, la pintura parece evocar una reflexión sobre la relación entre el hombre y la naturaleza. La cabaña, como refugio humano, se presenta en armonía con su entorno natural, pero también como una intervención modesta en él. La luz que baña la estructura podría interpretarse como un símbolo de esperanza o renovación, acorde con la estación primaveral. El enfoque en los detalles cotidianos – las aves, la madera desgastada– sugiere un interés por capturar la belleza y la simplicidad de la vida rural. La obra no idealiza el campo; más bien, lo muestra tal cual es: un espacio laborioso pero también lleno de paz y conexión con la tierra.