Vincent van Gogh – Self-Portrait with Straw Hat
Ubicación: Detroit Institute of Arts, Detroit.
На эту операцию может потребоваться несколько секунд.
Информация появится в новом окне,
если открытие новых окон не запрещено в настройках вашего браузера.
Для работы с коллекциями – пожалуйста, войдите в аккаунт (abrir en nueva ventana).
Поделиться ссылкой в соцсетях:
No se puede comentar Por qué?
En este retrato, el autor presenta una figura masculina que ocupa casi toda la extensión del encuadre, recortada a nivel de busto. El sujeto mira directamente al espectador con una expresión intensa y ligeramente melancólica. La mirada es penetrante, aunque no exenta de cierta vulnerabilidad.
El rostro se caracteriza por pinceladas gruesas y empastadas que definen los rasgos de manera expresiva, más que realista. Se observa un marcado relieve en la barba rojiza y el cabello oscuro, contrastando con el tono pálido de la piel. La nariz es prominente y las cejas densas contribuyen a la sensación de gravedad.
Un sombrero de paja de color amarillo brillante domina la parte superior del lienzo. Este elemento actúa como un foco visual importante, iluminando el rostro y añadiendo una nota de calidez al conjunto. El fondo se resuelve en una maraña de pinceladas azules y ocres que sugieren un espacio indeterminado, posiblemente exterior. La textura es notablemente rugosa, producto de la aplicación densa de la pintura.
La paleta cromática, aunque limitada, resulta vibrante. Predominan los tonos terrosos, el azul y el amarillo, creando una atmósfera tensa y emotiva. El uso del color no busca la representación fiel de la realidad, sino más bien expresar un estado anímico.
Subtextualmente, la obra parece explorar temas relacionados con la identidad y la introspección. La mirada directa del sujeto invita a la reflexión sobre su propia existencia y sus conflictos internos. El sombrero podría interpretarse como una protección o un disfraz, ocultando quizás una fragilidad subyacente. La intensidad de las pinceladas y la expresividad del rostro sugieren una personalidad compleja y atormentada. La ausencia de elementos contextuales refuerza el carácter universal del retrato, convirtiéndolo en una representación arquetípica del individuo frente a sí mismo.