Portrait of Ginevra Benci Leonardo da Vinci (1452-1519)
Leonardo da Vinci – Portrait of Ginevra Benci
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Pintor: Leonardo da Vinci
El Retrato de Genevra de Benchi de Leonardo da Vinci pertenece a los primeros trabajos del artista. El artista pintó con mucha frecuencia a mujeres, una de las señas de identidad de su obra. Además, los rasgos faciales están dibujados con tanta claridad y viveza que no es nada difícil adivinar los pensamientos y sentimientos de los retratados. Lo mismo ocurre con este cuadro. Representa a Ginevra d’Amerigo de Benci, poetisa de Florencia a finales del siglo XV.
Descripción del Retrato de Genevra de Benchi de Leonardo da Vinci
El Retrato de Genevra de Benchi de Leonardo da Vinci pertenece a los primeros trabajos del artista. El artista pintó con mucha frecuencia a mujeres, una de las señas de identidad de su obra. Además, los rasgos faciales están dibujados con tanta claridad y viveza que no es nada difícil adivinar los pensamientos y sentimientos de los retratados.
Lo mismo ocurre con este cuadro. Representa a Ginevra d’Amerigo de Benci, poetisa de Florencia a finales del siglo XV. Los investigadores y expertos creen que puede ser uno de los primeros retratos psicológicos de la época, con un humor especialmente expresivo de la tristeza.
Se supone que esto se debe a que la chica no hace mucho tiempo vivió la despedida del embajador veneciano Bernardo Bembo. Esta sensación se acentúa especialmente por el juego de luces y sombras, hábilmente realizado por Leonardo da Vinci. La atención se centra en el rostro pálido de la niña, sus ojos y sus amplios pómulos, que destacan sobre el fondo oscuro del paisaje del fondo. La tristeza de la niña se acentúa aún más por los contornos ligeramente difuminados de su cuerpo, una técnica particular conocida como sfumato.
Leonardo da Vinci fue bastante innovador en la técnica de la pintura y en este cuadro también aplicó algo que no era muy típico de los retratos del Renacimiento italiano. El rostro de Ginevra está a la derecha en lugar de a la izquierda, como en la tradición del retrato.
Los expertos siguen discutiendo hoy en día sobre el cuadro. Algunos consideran que el retrato de Ginevra está recortado, lo que significa que sus manos deberían seguir siendo visibles. Esto está relacionado con la tesis de Leonardo de que las personas se retratan mejor con las manos, ya que son las que mejor representan el estado de ánimo y el mundo interior de una persona.
Además, la colección del castillo de Windsor contiene un dibujo de las manos de una mujer, cuyas proporciones coinciden notablemente con el retrato de Ginevra. Quién sabe, tal vez esta sea la continuación del cuadro.
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En este óleo sobre tabla, se presenta el busto de una joven mujer, girada ligeramente hacia la izquierda pero con la mirada fija en el espectador. La figura domina la composición, ocupando casi todo el espacio pictórico. Su piel es clara, con un modelado sutil que sugiere volumen sin recurrir a contrastes marcados; se aprecia una delicadeza particular en la representación de las mejillas y el cuello.
El cabello castaño, ondulado y abundante, enmarca su rostro y desciende sobre los hombros. Viste un vestido oscuro de corte sencillo, con un escote moderado atado con cordones finos. Un fino velo negro se posa sobre sus hombros, añadiendo una nota de sobriedad al conjunto.
El fondo es notablemente diferente del tratamiento de la figura. A su izquierda, un denso follaje oscuro crea una masa casi impenetrable, mientras que a la derecha se vislumbra un paisaje distante con árboles y cuerpos de agua bajo un cielo azul pálido. Esta dicotomía entre el primer plano detallado y el fondo difuso contribuye a aislar a la retratada, enfatizando su presencia individual.
La expresión facial es contenida, casi melancólica. No se observa una sonrisa evidente; más bien, transmite una serenidad reflexiva, incluso un ligero distanciamiento. La mirada directa establece una conexión íntima con el observador, pero al mismo tiempo mantiene cierta reserva.
El uso de la luz es fundamental para definir la forma y crear atmósfera. Proviene principalmente del frente, iluminando el rostro y el cuello de la mujer, mientras que las sombras suavizan los contornos y añaden profundidad a la imagen. La técnica pictórica se caracteriza por una gran precisión en la ejecución de los detalles, especialmente en la representación de los cabellos y la textura de la piel.
Subtextos potenciales:
La elección del paisaje como fondo podría aludir a un estado interior de calma o contemplación. El follaje oscuro, contrastando con el cielo abierto, sugiere una dualidad entre la introspección y la conexión con el mundo exterior. La sencillez de la vestimenta y la ausencia de adornos ostentosos podrían indicar un énfasis en la virtud y la modestia. La mirada directa, sin embargo, implica una cierta confianza y autoafirmación. En conjunto, la obra parece explorar la complejidad de la identidad femenina, presentando a una mujer que es a la vez vulnerable y fuerte, reservada y atractiva. La ausencia de elementos narrativos específicos invita al espectador a construir su propia interpretación sobre la historia y el carácter de la retratada.