Guillaume Delisle – World map, 1720 Antique world maps HQ

Análisis del mapa mundial
El documento presenta una representación cartográfica global de la Tierra, dispuesta en una proyección doble hemisférica. Se observa una meticulosa atención al detalle en la delineación de los continentes, islas y masas terrestres, aunque con imprecisiones notables en las regiones más alejadas de Europa. Los nombres de lugares y entidades geográficas están inscritos en diversos idiomas, predominando el francés, lo que sugiere un origen galo del mapa.
La cartografía no se limita a la mera descripción física; incorpora elementos decorativos y simbólicos significativos. En la parte superior central, una elaborada composición heráldica con escudos de armas, coronas y figuras alegóricas domina el espacio. Esta ornamentación sugiere un patrocinio real o aristocrático, enfatizando la autoridad y el poder asociados a la exploración y el conocimiento geográfico. La inscripción “MAPPEMONDE à l’usage du Roy” refuerza esta idea, indicando que el mapa fue creado para el uso exclusivo del monarca.
Las líneas de latitud y longitud forman una intrincada red sobre la superficie terrestre, evidenciando un intento de sistematizar y cuantificar el espacio geográfico. Sin embargo, la representación de los océanos incluye ilustraciones de monstruos marinos y naves, lo que revela una coexistencia entre el conocimiento científico emergente y las creencias tradicionales sobre el mundo natural.
La inclusión de rutas marítimas trazadas con precisión indica un interés en el comercio y la navegación. Se destacan las principales corrientes oceánicas y vientos, elementos cruciales para los viajes transoceánicos. La presencia de anotaciones sobre poblaciones indígenas y recursos naturales sugiere una motivación económica y colonial subyacente a la elaboración del mapa.
En la parte inferior, se identifica un lugar de publicación: “A PARIS”. Esto permite inferir que el centro de producción cartográfica estaba situado en esta ciudad. El estilo general del documento, con su rica ornamentación y caligrafía elaborada, es característico del siglo XVIII, una época marcada por la expansión colonial europea y el desarrollo de las ciencias geográficas. La representación del mundo no es neutral; refleja una perspectiva eurocéntrica y un deseo de controlar y comprender el espacio global desde una posición de poder.