Lilac Boris Kustodiev (1878-1927)
Boris Kustodiev – Lilac
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Pintor: Boris Kustodiev
Los cuadros del artista Boris Kustodiev no son difíciles de reconocer por su estilo único de ejecución. Utilizaba colores suaves pero brillantes y encalados que hacían que sus cuadros fueran memorables con sus esquemas de color específicos y sus inusuales técnicas de composición. A Kustodiev le gustaba retratar escenas sencillas y luminosas de la vida humana: la vida laboral, las fiestas populares o simplemente los días agradables.
Descripción del cuadro "Lila" de Boris Kustodiev
Los cuadros del artista Boris Kustodiev no son difíciles de reconocer por su estilo único de ejecución. Utilizaba colores suaves pero brillantes y encalados que hacían que sus cuadros fueran memorables con sus esquemas de color específicos y sus inusuales técnicas de composición.
A Kustodiev le gustaba retratar escenas sencillas y luminosas de la vida humana: la vida laboral, las fiestas populares o simplemente los días agradables. A menudo el autor describía momentos reales de su propia vida. El lienzo llamado "Lila" es uno de ellos.
El espectador ve un día claro a finales de la primavera. Los rayos del sol caen a raudales sobre el suelo, calentando e iluminando todo lo que hay alrededor. La exuberante hierba verde, la casa y la valla de madera, y los altos arbustos de lilas que se extienden llenan el aire de una fragancia única y limpia que sólo se encuentra en los pueblos. Las flores rizadas de las lilas dejan claro que la acción se desarrolla a principios de mayo.
Una hermosa joven sale de una puerta entreabierta con su hija pequeña en brazos. Es un día precioso para dar un paseo por el campo con el niño. Su vestido blanco como la nieve, con falda abullonada, cuello y mangas, le da una imagen de sublimidad y gracia. La mujer lleva el pelo rubio y grueso recogido en un moño.
El bebé, en brazos de su madre, también lleva un vestido claro abullonado con rayas azules. Un gorro blanco protege su cabeza de los ocasionales y abrasadores rayos del sol primaveral.
La familia fue la gran felicidad en la vida del artista Kustodiev. En este lienzo, de 1906, representó a su amada esposa Julia con su pequeña hija. Probablemente por eso el cuadro contiene tantas emociones conmovedoras. Los sentimientos de ternura, cuidado y calidez se trasladan inevitablemente al espectador que mira el cuadro.
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En esta obra, el autor presenta una escena íntima en un jardín exuberante. Una mujer joven, vestida con un vestido blanco que sugiere pureza y sencillez, se encuentra absorta en el aroma de unas lilas florecientes. Su postura, ligeramente inclinada hacia las flores, denota delicadeza y una conexión profunda con la naturaleza. La luz solar parece filtrarse a través del follaje, creando un ambiente cálido y etéreo que envuelve a la figura central.
El uso del color es notable; el blanco del vestido contrasta fuertemente con los tonos vibrantes de las lilas y el naranja intenso de la estructura al fondo, posiblemente una vivienda. Esta paleta cromática no solo aporta vitalidad a la composición, sino que también enfatiza la presencia de la mujer en medio de este entorno natural.
La pincelada es suelta y expresiva, lo que sugiere un interés por capturar la impresión momentánea más que el detalle preciso. Se percibe una atmósfera de calma y contemplación, casi como si se tratara de un recuerdo o un sueño.
Subyacentemente, la pintura podría interpretarse como una reflexión sobre la juventud, la belleza efímera y la conexión entre el ser humano y el mundo natural. La actitud de la mujer al inhalar el perfume de las flores evoca sensaciones de placer, nostalgia y una búsqueda de armonía interior. El jardín, con su abundancia floral, simboliza la fertilidad y la renovación, mientras que la estructura al fondo podría representar un espacio de seguridad y pertenencia. La obra no se limita a ser un retrato; parece invitar a la reflexión sobre el paso del tiempo y la importancia de apreciar los momentos fugaces de belleza en la vida cotidiana.