Adam Schlesinger – Currants
Ubicación: Old and New National Galleries, Museum Berggruen (Alte und Neue Nationalgalerie, Museum Berggruen), Berlin.
На эту операцию может потребоваться несколько секунд.
Информация появится в новом окне,
если открытие новых окон не запрещено в настройках вашего браузера.
Для работы с коллекциями – пожалуйста, войдите в аккаунт (abrir en nueva ventana).
Поделиться ссылкой в соцсетях:
No se puede comentar Por qué?
La obra presenta una densa acumulación de racimos de bayas maduras colgando de un follaje exuberante y oscuro. Se distinguen dos tipos principales de frutos: unas bayas rojas brillantes, casi translúcidas, y otras de un tono amarillento pálido. La disposición no es aleatoria; los racimos rojos dominan el centro, atrayendo la mirada del espectador, mientras que los más claros se ubican a sus lados, creando una sutil jerarquía visual.
El autor ha prestado considerable atención al detalle en la representación de las hojas y los frutos individuales, sugiriendo un estudio minucioso de la naturaleza. La luz incide sobre las bayas, resaltando su textura y volumen, mientras que el fondo permanece sumido en una penumbra profunda, casi negra. Esta fuerte oposición entre luz y sombra intensifica el realismo de la escena y confiere a los frutos una presencia casi táctil.
En la parte inferior del cuadro, se observa un lagarto reptando sobre lo que parece ser tierra o arena. Su presencia introduce un elemento dinámico en la composición estática. A su lado, parcialmente oculto por las sombras, se vislumbra una criatura similar a un roedor, posiblemente un ratón, junto con algunos frutos caídos.
La inclusión de estos animales sugiere una reflexión sobre el ciclo vital y la naturaleza efímera de la existencia. Las bayas maduras, símbolo de abundancia y fertilidad, también evocan la idea del paso del tiempo y la inevitable decadencia. El lagarto podría interpretarse como un representante de los instintos primarios o incluso como un presagio de cambio. La presencia de frutos en el suelo refuerza esta noción de transitoriedad y pérdida.
El fondo oscuro y la atmósfera sombría contribuyen a crear una sensación de quietud y melancolía, invitando al espectador a contemplar la belleza fugaz de la naturaleza y la fragilidad de la vida. La obra no se limita a ser una simple representación botánica; parece contener un mensaje más profundo sobre la mortalidad y el devenir del tiempo.