Path to Shambhala # 96 Roerich N.K. (Part 4)
Roerich N.K. – Path to Shambhala # 96
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Ubicación: Nicholas Roerich Museum of the United States. New York
El artista ha conseguido combinar en una obra varias ideas, planos a la vez. Lo primero que vemos cuando miramos esta foto son montañas. Para Nikolai Roerich, las montañas eran creaciones sagradas de la propia naturaleza. Estaba convencido de que en ellos reside un gran secreto que ayudará a toda la humanidad. El cuadro "El camino a Shambhala" forma parte de una serie de obras dedicadas al Himalaya.
Descripción del cuadro de Nikolai Roerich El camino a Shambala
El artista ha conseguido combinar en una obra varias ideas, planos a la vez. Lo primero que vemos cuando miramos esta foto son montañas. Para Nikolai Roerich, las montañas eran creaciones sagradas de la propia naturaleza. Estaba convencido de que en ellos reside un gran secreto que ayudará a toda la humanidad. El cuadro "El camino a Shambhala" forma parte de una serie de obras dedicadas al Himalaya. Roerich y su esposa pasaron muchos años viajando por la India, China y el Tíbet. Y por donde quiera que iban, veía montañas. Son los que inspiraron a Roerich a pintar esta obra.
Pero más allá de la imagen de las montañas, vemos un mensaje oculto que se encierra en el título de la obra, El camino a Shambhala. Durante sus viajes por Asia, Roerich conoció el magnífico estado de Shambhala. No está en el mapa, nadie sabe dónde está. Todas las menciones a este misterioso país las aprendió Roerich de los libros y las leyendas. Se cree que si se encuentra Shambhala, la humanidad obtendrá grandes conocimientos. Esta es la leyenda que el artista intentó plasmar en el lienzo.
Se cree que la entrada a la tierra perdida y olvidada se encuentra dentro del monte Kanchenjunga. Probablemente fue la montaña lo que el artista eligió representar. De este modo, es como si el artista nos acercara a la gran pista. Miramos las montañas y comprendemos que en ellas se esconde un gran misterio que pronto será revelado.
Nikolai Roerich, al pintar esta obra, decidió apartarse de la habitual paleta fría. Aquí vemos que los colores fríos se combinan con una gama de colores cálidos. Pero no hay contraste. Los colores se mezclan a la perfección, combinándose y transmitiendo armoniosamente los increíbles matices del Himalaya.
Las montañas del primer plano son muy oscuras, casi negras. La luz del sol no les llega. Un poco más lejos, más allá del gran océano de niebla, se encuentra el monte Kanchenjunga. La cima de la montaña está suavemente iluminada por el sol resplandeciente. La montaña brilla, llama y atrae la mirada. Al representar el resplandor del sol, el artista quiso mostrar que esta montaña era la clave para desvelar los misterios.
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La obra presenta un paisaje montañoso dominado por una paleta cromática que oscila entre tonos lavanda, púrpuras y ocres. El horizonte se difumina en una atmósfera nebulosa, sugiriendo lejanía e inmensidad. En primer plano, formaciones rocosas de color oscuro contrastan con la luminosidad del fondo, creando un fuerte sentido de profundidad.
El autor ha empleado una técnica pictórica que enfatiza las formas geométricas y los planos de color, más que el detalle realista. Las montañas no se representan como entidades naturales precisas, sino como volúmenes estilizados, casi abstractos. La luz incide sobre la cima de una montaña central, resaltándola con un brillo dorado intenso; este foco lumínico actúa como punto de convergencia visual y podría interpretarse como un símbolo de esperanza o iluminación.
La ausencia de elementos figurativos –no hay vegetación, animales ni construcciones– confiere al paisaje un carácter atemporal y trascendental. La atmósfera general es serena pero también austera, evocando una sensación de soledad y contemplación.
Se intuye la representación de un viaje o búsqueda espiritual. El camino hacia el brillo dorado podría simbolizar la ardua ascensión necesaria para alcanzar un estado superior de conciencia o un lugar idealizado. La nebulosidad del horizonte sugiere que este destino no es fácilmente accesible, sino velado por la incertidumbre y los desafíos. La composición, con sus contrastes de luz y sombra, puede aludir a las dificultades inherentes a la superación personal y el descubrimiento interior. El predominio de tonos fríos en contraste con el calor del dorado podría representar la lucha entre la oscuridad y la luz, o entre el mundo material y el espiritual.