Adolphe William Bouguereau – Vierge consolatrice
Ubicación: Museum of Fine Arts (Musée des Beaux-arts), Strasbourg.
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La obra presenta una escena de profundo dolor y consuelo maternal. En el centro de la composición, una figura femenina sentada en un trono elevado domina la imagen. Su vestimenta, oscura y fluida, sugiere solemnidad y recogimiento. Las manos extendidas, con las palmas hacia afuera, evocan un gesto de protección y aceptación del sufrimiento. Un halo dorado rodea su cabeza, indicando una naturaleza trascendente o sagrada.
Frente a ella, arrodillada, se encuentra otra figura femenina, visiblemente afligida. Su cuerpo está curvado por el llanto, con la cabeza inclinada hacia abajo en un gesto de desesperación. Sus brazos abrazan sus rodillas, enfatizando su vulnerabilidad y angustia. La palidez de su rostro y la delicadeza de sus rasgos acentúan su estado emocional.
En primer plano, a los pies de las figuras, se observa el cuerpo inerte de un niño pequeño. Su posición recostada y la falta de movimiento sugieren la muerte o una profunda enfermedad. Pequeñas flores blancas dispersas alrededor del cuerpo añaden un elemento de fragilidad y luto.
El fondo de la pintura está decorado con un intrincado patrón ornamental, que contrasta con la simplicidad de las figuras principales. La inscripción “MATER AFFLI” en la base del trono sugiere una conexión directa con el concepto de maternidad afligida o sufriente.
La iluminación es dramática, concentrándose en los rostros y cuerpos de las mujeres para resaltar sus emociones. El uso de colores oscuros y sombríos crea una atmósfera melancólica y reflexiva.
Subtextos potenciales: La pintura explora temas universales como el dolor, la pérdida, la maternidad y la búsqueda de consuelo. La figura sentada en el trono podría representar un símbolo de esperanza o redención frente a la tragedia. El niño muerto evoca la inocencia perdida y la fragilidad de la vida. La composición general sugiere una reflexión sobre la naturaleza del sufrimiento humano y la necesidad de empatía y compasión. Se percibe una fuerte carga simbólica relacionada con el duelo, la resignación y la fe.