Jean Auguste Dominique Ingres – Vow of Louis XIII
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En el lienzo se observa una composición jerárquica y teatral, dominada por la figura central de la Virgen María con el Niño Jesús en brazos. La Virgen, vestida con túnicas azules y rojas, se presenta como un símbolo de pureza y divinidad, sentada sobre un trono nuboso que eleva su posición. Su mirada es serena y dirigida hacia abajo, estableciendo una conexión visual con la figura inferior.
Flanqueando a María, un coro de ángeles participa en el acto representado. Algunos sostienen atributos religiosos, mientras que otros parecen extender sus manos en señal de bendición o alabanza. La paleta cromática utilizada para los ángeles es rica y vibrante, destacando tonos dorados, amarillos y carmesíes.
En la parte inferior del cuadro, un hombre arrodillado extiende su mano hacia el cielo, ofreciendo una corona. Su vestimenta lujosa, adornada con motivos florales y detalles bordados, sugiere un estatus elevado. La postura reverente y la mirada fija en la Virgen indican un acto de devoción y sumisión.
A los pies del hombre, se distingue un bloque de piedra con una inscripción que parece conmemorar un evento específico. Pequeños ángeles alados acompañan este elemento, reforzando el carácter sagrado de la escena.
La luz juega un papel fundamental en la composición. Un haz luminoso ilumina a la Virgen y al Niño Jesús, enfatizando su importancia espiritual. El resto del cuadro se encuentra bañado en una luz más tenue, creando un contraste que dirige la atención hacia los personajes principales.
Subtextos potenciales: La escena sugiere un acto de consagración o promesa solemne realizada ante la Virgen María. La entrega de la corona puede interpretarse como una declaración de lealtad y fe por parte del hombre arrodillado. El trono nuboso y el coro angelical refuerzan la idea de un reino celestial al que se busca acceder a través de la devoción religiosa. La inscripción en la piedra podría referirse a un evento histórico o personal relacionado con la figura representada, posiblemente una votación o juramento realizado por un monarca. En general, la pintura transmite un mensaje de poder religioso y legitimidad dinástica, vinculando el gobierno terrenal con la autoridad divina.