The Adoration of the Holy Trinity (Landauer Altarpiece) Albrecht Dürer (1471-1528)

Descripción de La adoración de la Santísima Trinidad de Alberto Durero (1511).

Una de las obras más solemnes de Durero es La adoración de la Santísima Trinidad. En 1511, el artista recibió un encargo de Matthias Landauer, comerciante y propietario de un taller de latón. Su obra estaba destinada al retablo de la capilla de la casa de beneficencia para 12 artesanos solitarios que el comerciante había construido. Landauer quería que sus pupilos rezaran por la salvación de su alma.

El artista pintó el cuadro con mucha solemnidad, como debe ser un retablo. La representación de la Trinidad está pintada de forma tradicional. En el centro de la imagen está la Santísima Trinidad: el Espíritu Santo encarnado en una paloma, Dios Padre, Jesucristo crucificado en la cruz. En el ángulo superior izquierdo se representa a la Madre de Dios y a los mártires; en el ángulo superior derecho, a Juan el Bautista, las sibilas y los profetas. En la esquina inferior izquierda, la imagen representa a los Padres de la Iglesia. Entre ellos se encuentra un retrato de Matthias Landauer con un manto marrón, inclinando la cabeza en oración a la Santísima Trinidad. En la esquina superior derecha están los laicos, encabezados por el rey y el emperador. Entre ellos se pueden ver caballeros, un campesino, nobles y gente rica.

El maestro pintó el cuadro de tal manera que los espectadores, al mirarlo, pensaran que el terrible juicio había pasado, y que la justicia, la igualdad y la fraternidad habían prevalecido. Durero transmitió la idea básica de la igualdad ante el Camino de la Misericordia, donde no hay ricos ni pobres, ni nobles ni plebeyos.

Todo el borde inferior del cuadro está ocupado por un paisaje con la figura de un hombre a la derecha. El hombre solitario del cuadro es Durero. Se ha representado a sí mismo con tristeza, de pie en el suelo junto al lago, donde hay una cartela con la firma del autor.

La relación entre las figuras que se elevan en el cielo y la imagen de Alberto Durero hace que sea una obra monumental, a pesar de que el cuadro en sí no es grande.