Giulio Cesare Procaccini – Mary Magdalen
Ubicación: Pinacoteca di Brera, Milano.
На эту операцию может потребоваться несколько секунд.
Информация появится в новом окне,
если открытие новых окон не запрещено в настройках вашего браузера.
Для работы с коллекциями – пожалуйста, войдите в аккаунт (abrir en nueva ventana).
Поделиться ссылкой в соцсетях:
No se puede comentar Por qué?
En esta composición pictórica se observa una figura femenina semidesnuda, recostada y con la mirada dirigida hacia arriba y ligeramente a la derecha del espectador. Su cuerpo presenta un tratamiento naturalista, destacando el modelado de la piel y las curvas anatómicas. La luz incide sobre su torso y rostro, creando contrastes marcados que enfatizan su vulnerabilidad y sensualidad.
La mujer está envuelta en telas rojas y doradas, dispuestas de manera fluida y dinámica, sugiriendo movimiento y una cierta desorganización. A su lado, parcialmente visible y difuminado, se distingue la silueta de un hombre con el brazo elevado en un gesto que podría interpretarse como advertencia o invitación.
En primer plano, a los pies de la figura femenina, se aprecia un objeto metálico oscuro, posiblemente una cadena o un elemento similar, cuyo significado es ambiguo pero sugiere restricción o pasado turbulento. Un pequeño recipiente, también metálico, se encuentra cerca, añadiendo un detalle enigmático a la escena.
La paleta cromática se centra en tonos cálidos –rojos intensos, ocres y dorados– que contribuyen a crear una atmósfera íntima y dramática. El fondo es oscuro e indefinido, lo que concentra la atención del espectador en las figuras principales.
Subtextualmente, la pintura parece explorar temas relacionados con el arrepentimiento, la redención y la transformación espiritual. La postura de la mujer, su mirada ascendente y la presencia del hombre sugieren una búsqueda de salvación o un momento de epifanía. El desnudo parcial no se presenta como meramente erótico, sino más bien como una expresión de fragilidad y entrega. Los objetos en primer plano podrían simbolizar los pecados pasados o las ataduras que impiden alcanzar la pureza. La ambigüedad general de la escena invita a múltiples interpretaciones, dejando al espectador la tarea de completar el relato implícito.