Morning in the AS. forest. Sketch 1889 28, 3h40, 1 Ivan Ivanovich Shishkin (1832-1898)

Análisis de la pintura
En esta obra, el autor presenta una escena boscosa al amanecer, o en las primeras horas del día, evidenciado por la luz tenue y difusa que penetra entre los árboles. El foco principal reside en dos osos pardos: uno adulto, situado sobre un tronco caído, y otro más pequeño, presumiblemente una cría, ubicado cerca de la base del mismo.
La composición se caracteriza por una densa vegetación, con troncos altos y esbeltos que dominan el espacio pictórico. La paleta cromática es terrosa, empleando tonos ocres, marrones y verdes oscuros para representar la naturaleza salvaje. Se observa un uso notable del claroscuro, acentuado en las sombras profundas entre los árboles y contrastado con los puntos de luz que iluminan a los osos y algunas ramas superiores.
La pincelada es suelta y expresiva, sugiriendo movimiento y una atmósfera húmeda. La textura es palpable, transmitiendo la rugosidad de la corteza de los árboles y la maleza del suelo forestal. El tronco caído actúa como un elemento central que conecta a ambos osos, estableciendo una relación visual entre ellos.
Subtextualmente, la pintura puede interpretarse como una representación de la vida familiar y el instinto maternal o paternal. La posición protectora del oso adulto sobre el tronco sugiere cuidado y vigilancia hacia su descendencia. La escena evoca un sentido de intimidad en medio de la naturaleza indómita, resaltando la vulnerabilidad y la fuerza de estos animales en su hábitat natural.
Además, la presencia de árboles caídos podría simbolizar los ciclos naturales de vida y muerte, o incluso las dificultades y obstáculos que se presentan en el camino. La luz tenue y la atmósfera melancólica contribuyen a una sensación de quietud y reflexión sobre la existencia en un entorno salvaje y remoto. La obra no parece enfocarse en una narrativa dramática, sino más bien en capturar un momento fugaz de conexión y supervivencia en la naturaleza.