Return Yuly Klever (1850-1924)
Yuly Klever – Return
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Pintor: Yuly Klever
Los expresivos paisajes del artista, pintados de forma realista, hipnotizan con la belleza intacta de la naturaleza y el aliento del espacio. "Atardecer de invierno en un bosque de abetos" se ha hecho muy famoso en Rusia y en el extranjero. Sus reproducciones se utilizan en dibujos para bordados, en las páginas de los calendarios. Este cuadro fue pintado en una sucesión de paisajes similares. Todas ellas tenían algo en común: el primer plano detallado y los contornos borrosos del fondo y la perspectiva lejana. Los viejos abetos están congelados en el manto de nieve, no hay la más mínima brisa en el silencio.
Descripción del cuadro de Julius Clover "Atardecer de invierno en un bosque de abetos".
Los expresivos paisajes del artista, pintados de forma realista, hipnotizan con la belleza intacta de la naturaleza y el aliento del espacio.
"Atardecer de invierno en un bosque de abetos" se ha hecho muy famoso en Rusia y en el extranjero. Sus reproducciones se utilizan en dibujos para bordados, en las páginas de los calendarios. Este cuadro fue pintado en una sucesión de paisajes similares. Todas ellas tenían algo en común: el primer plano detallado y los contornos borrosos del fondo y la perspectiva lejana.
Los viejos abetos están congelados en el manto de nieve, no hay la más mínima brisa en el silencio. El bosque invernal acecha, esperando que llegue el calor. Mientras tanto, sólo la luz del sol se cuela entre los troncos y sirve de recordatorio del lejano verano. Un riachuelo congelado proyecta destellos de luz solar sobre la nieve y las raíces de un árbol evertido. El gigante caído ha desaparecido casi por completo bajo un manto de nieve, pero sus obstinadas raíces siguen buscando el suelo en un vano intento de aferrarse a él.
Los rayos del sol de invierno iluminan el espacio cubierto de nieve, dejando extrañas sombras en el suelo y los troncos de los árboles, y animando el paisaje con un juego de matices. Un destello de hielo en la superficie de un arroyo dormido, y una línea de árboles centenarios, intercalados con árboles jóvenes en algunos lugares, brillan en la distancia.
La serenidad y la asombrosa belleza de la naturaleza se asoman al lienzo del maestro. La delgada franja de cielo despejado fascina con su azul desvanecido, tan notable contra la nieve blanca. No hay detalles intencionados, sólo bosques y arroyos, y el sol asomando entre la bruma de las nubes.
El artista admira el bosque ruso, que huele a eternidad e inmutabilidad.
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