Rembrandt Harmenszoon Van Rijn – The Abduction of Europa
Ubicación: The J. Paul Getty Museum, Los Angeles.
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La escena representada se desarrolla en un paisaje costero, con una ciudad difusa al fondo y una extensión acuática que domina el primer plano. En este espacio, observamos a una figura femenina joven, vestida con ropas claras y flotantes, sentada sobre la hierba junto al agua. Su postura sugiere despreocupación o incluso inocencia; extiende su mano hacia un animal blanco, concretamente un toro de aspecto noble.
A su lado, otra figura, presumiblemente masculina por sus atuendos y posición, se encuentra de pie, observando a la joven con una expresión que podría interpretarse como expectación o control. La presencia de caballos blancos atados a un carro ricamente adornado sugiere un viaje inminente o una acción en curso. El conductor del carro permanece visible, aunque su rostro no es el foco principal de la composición.
La luz incide sobre las figuras centrales, destacando sus cuerpos y ropajes, mientras que el fondo se difumina en tonos más oscuros y sombríos. Esta técnica lumínica crea un contraste dramático que enfatiza la importancia del grupo humano y su interacción con el toro.
Subtextos potenciales: La imagen evoca una narrativa de transformación o rapto. El toro blanco, asociado tradicionalmente a divinidades y poder, podría simbolizar una fuerza sobrenatural o un agente externo interviniendo en la vida de la joven. Su actitud relajada frente al animal sugiere una aceptación pasiva o incluso una seducción implícita. La figura masculina, con su mirada atenta, parece ser el instigador o beneficiario de esta situación. El carro y los caballos preparándose para partir indican un cambio radical en la vida de la mujer, posiblemente un desplazamiento forzado o un viaje hacia lo desconocido. La escena podría interpretarse como una alegoría del deseo, la vulnerabilidad y la pérdida de control, donde la belleza y la inocencia son objeto de una intervención externa con consecuencias inciertas. La naturaleza circundante, aunque serena, parece presenciar silenciosamente este evento trascendental.