La precisión extrema de la expresión es la característica principal de las obras de David Plaksin Traductor traducir
El artista combina con éxito en ellos la obviedad de los carteles y la contundencia pictórica.
David Plaksin nació en 1936 y ha experimentado mucho: la profundidad de la sabiduría humana en sus obras se combina armoniosamente con la vivacidad juvenil de su lenguaje pictórico.
Tras graduarse en la Escuela de Arte de Serov en 1957, el artista siguió durante muchos años su propio camino. Un encuentro con Nathan Altman y el conocimiento de la obra de Salvador Dalí desempeñaron un papel decisivo. El artista encontró una encarnación pictórica de su vitalidad natural en un apretado, como un resorte, la línea de contorno y el tono saturado de la imagen. A mediados de los años setenta del siglo XX, el estilo de Plaksin ya se había desarrollado aproximadamente como puede verse en esta exposición.
Las obras de Plaksin son una fusión de realismo metafísico y conceptualismo. Al artista le preocupa por igual de qué hablar y cómo. Sitúa objetos representados de forma fotorrealista en una atmósfera mística, de ahí el efecto onírico.
Plaksin dice: «Hiciera lo que hiciera, siempre me sentí un artista gráfico y disponía de medios pictóricos mínimos para expresar mis ideas ligeramente surrealistas».
Desde finales de los años sesenta, David Plaksin diseña e ilustra libros y participa en grandes exposiciones internacionales. En 1975 participó en la famosa exposición del Centro Cultural Nevsky «», la segunda oficialmente autorizada de artistas independientes de Leningrado. En esos mismos años, David Plaksin empezó a pintar bodegones con un doble sentido especial. Por ejemplo, verduras en una bolsa de celofán bien envuelta, símbolo del asfixiante sistema soviético.
Desde los tiempos de la perestroika, Plaksin ha hecho hincapié en temas sociopolíticos, cuyo desarrollo puede encontrarse en su obra actual. El artista se refiere constantemente a la memoria, a lo que es más profundo que lo biológicamente posible. Utiliza símbolos arquetípicos: el desierto, ruinas antiguas, estatuas, pan y sal. No hace mucho, Plaksin encontró un nuevo tema, que él mismo llama «Incisiones». Como un científico, trata literalmente de llegar al corazón de las cosas cortando objetos y mostrando al espectador el exterior visible, bañado por el sol, y el negro e inescrutable interior oculto.
David Plaksin tiene un talento especial para no preocuparse por la vida. De ahí la intrusión deliberada en el tema, cuando el lenguaje pictórico se concentra hasta el límite.
En el arte contemporáneo, que peca de infantilización, éste es el don más valioso.
Maria Yagushevskaya, historiadora del arte
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