Tatyana Fruleva: el arte de la pintura médica Traductor traducir

Mucha gente sabe que las obras de arte (pinturas, esculturas, productos decorativos y aplicados) tienen una cierta carga de energía. Hablemos de pintura, ya que son precisamente las pinturas en el interior de la casa u oficina las que tienen un potencial energético particularmente grande. Es importante que este potencial energético coincida con el potencial de aquellas personas que viven o trabajan donde están las pinturas, y que diariamente entran en contacto con su energía. En primer lugar, es importante para su salud física y su estado emocional y psicológico.

Al elegir una imagen, observamos la trama, composición, estilo de pintura, técnica de escritura, combinación de colores, etc. Al mismo tiempo, los amantes del arte saben que estar cerca de una pintura es agradable y fácil, como si se sintiera un aire fresco y emocionante. y el otro crea una sensación de tensión e incomodidad. La poderosa energía positiva del lienzo puede dar la impresión de que toda la imagen está llena de algún tipo de luz interior. Además, en la misma imagen (si sus dimensiones son grandes) puede haber secciones, fragmentos con energías positivas y neutras. Sin embargo, las capas de energía total de varios elementos de la trama de la imagen pueden crear una sensación de radiación sobrenatural en el espectador.

Se puede explorar el biocampo energético de las pinturas. Por ejemplo, con la ayuda de métodos de biolocalización, se realizó un estudio de la pintura de A. Ivanov "La aparición de Cristo al pueblo". Los expertos creen que las pinturas de A. Ivanov tienen una alta bioenergía y tienen un fuerte efecto psicoterapéutico positivo en la salud humana. El estudio encontró que la energía de Juan el Bautista era varias veces mayor que la energía de todos los actores, excepto Jesucristo, cuyo biocampo tiene un radio de más de ocho metros. El biocampo de Juan el Bautista mide unos cinco metros, a pesar de que su figura es tres veces más pequeña que la figura de Cristo. Se cree que el biocampo no está conectado con el tamaño de una persona, sino que está conectado con su personalidad, más precisamente con lo que el artista pensó sobre su héroe en el momento de la creación.