Vereshchagin Vasily (Vasilyevich) - Defeated. Requiem
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Comentarios: 1 Ответы
Упокой, Господи, всех тех, кто боролся за нашу землю, по которой мы сейчас ходим легкомысленно!
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La obra presenta una escena desoladora en un vasto campo abierto bajo un cielo nublado y amenazante. El horizonte es bajo, lo que acentúa la sensación de extensión y vacío. Predomina una paleta terrosa, con tonos ocres, marrones y grises que transmiten aridez y muerte.
En primer plano, se distinguen dos figuras humanas: un hombre vestido con uniforme militar y una mujer ataviada con ropas oscuras, posiblemente un sacerdote o figura religiosa. Ambos están de pie, inclinados sobre el suelo en un gesto que sugiere duelo o reverencia. El hombre sostiene un objeto circular, quizás una bandeja o recipiente, mientras la mujer parece esparcir algo sobre el terreno.
El campo está cubierto por cientos de pequeñas figuras oscuras y amontonadas: se trata de cadáveres, dispuestos de forma caótica e irregular. La densidad de los cuerpos sugiere una batalla reciente y una pérdida masiva de vidas. No hay signos de vegetación ni elementos que sugieran vida; el paisaje es estéril y desolado.
La luz, aunque tenue, irrumpe a través de las nubes en haces verticales, iluminando parcialmente la escena y creando un contraste dramático entre la oscuridad del suelo y el cielo. Esta iluminación podría interpretarse como una metáfora de la esperanza o la intervención divina en medio del sufrimiento.
El subtexto principal reside en la representación de las consecuencias devastadoras de la guerra. La ausencia de heroísmo, gloria o exaltación bélica es notable; se enfatiza únicamente el dolor, la pérdida y la inutilidad de la violencia. La figura religiosa sugiere un rito fúnebre, una despedida a los caídos, pero también puede interpretarse como una crítica a las instituciones que perpetúan el conflicto.
La escala monumental de la obra y la repetición de las figuras inertes refuerzan la idea de la magnitud de la tragedia y la deshumanización inherente a la guerra. La pintura no glorifica ni justifica la contienda, sino que se centra en su impacto humano y emocional, transmitiendo un mensaje profundamente antibelicista.