Michelangelo Merisi da Caravaggio – Saint Jerome in Meditation
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Análisis de la pintura
La obra presenta a un anciano de complexión extremadamente delgada, casi esquelética, absorto en una profunda meditación. Su piel, marcada por el paso del tiempo y posiblemente por el ascetismo, exhibe tonos pálidos y venosos. El cuerpo se curva sobre sí mismo, sugiriendo fragilidad y un estado de introspección intensa. La luz incide con fuerza sobre su figura, creando contrastes dramáticos que acentúan la musculatura prominente y las arrugas del rostro.
El personaje está cubierto por una tela roja vibrante, cuyo pliegue sugiere movimiento y dinamismo a pesar de la quietud general de la escena. Una sábana blanca se enrolla alrededor de sus piernas, proporcionando un contrapunto cromático al rojo intenso. Su mano derecha cubre parcialmente su rostro, como si intentara ocultar o contener una emoción profunda. La mirada está dirigida hacia abajo, concentrada en algo fuera del campo visual del espectador.
En primer plano, a la izquierda, se encuentra un cráneo humano. Este elemento introduce de inmediato el tema de la mortalidad y la fugacidad de la vida terrenal. Su presencia no es meramente decorativa; actúa como un memento mori, una recordatorio constante de la inevitabilidad de la muerte y la importancia de la reflexión espiritual.
El fondo, completamente oscuro, intensifica la sensación de aislamiento y soledad del personaje. La ausencia de elementos distractores dirige toda la atención hacia la figura central y el cráneo, enfatizando su significado simbólico.
La composición general sugiere una lucha interna entre lo físico y lo espiritual. El cuerpo demacrado representa la vulnerabilidad humana, mientras que la actitud meditativa y la presencia del cráneo aluden a la búsqueda de trascendencia y la aceptación de la muerte como parte del ciclo natural de la existencia. La iluminación teatral refuerza el carácter dramático de la escena y subraya la importancia del momento contemplativo. Se percibe una tensión entre la belleza idealizada del cuerpo, a pesar de su estado, y la crudeza implícita en la representación de la decadencia física.