Poor Lisa Orest Adamovich Kiprensky (1782-1836)
Orest Adamovich Kiprensky – Poor Lisa
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Pintor: Orest Adamovich Kiprensky
Ubicación: The State Tretyakov Gallery, Moscow (Государственная Третьяковская галерея).
Un retrato muy interesante de Kiprensky. Está pintado sobre el cuento del mismo nombre de Karamzin. También hay un claro vínculo con la vida del propio pintor. El artista era un verdadero psicólogo que creó magníficos retratos de mujeres. Fue capaz de transmitir el alma femenina. Todas sus heroínas seguramente están tristes por algo, soñando. Aman desinteresadamente, pero están completamente encerrados en sí mismos y nunca muestran sus sentimientos. Frente a nosotros hay un retrato que Kiprensky pintó en 1827.
Descripción del cuadro de Orest Kiprensky "La pobre Liza"
Un retrato muy interesante de Kiprensky. Está pintado sobre el cuento del mismo nombre de Karamzin. También hay un claro vínculo con la vida del propio pintor.
El artista era un verdadero psicólogo que creó magníficos retratos de mujeres. Fue capaz de transmitir el alma femenina. Todas sus heroínas seguramente están tristes por algo, soñando. Aman desinteresadamente, pero están completamente encerrados en sí mismos y nunca muestran sus sentimientos.
Frente a nosotros hay un retrato que Kiprensky pintó en 1827. Muchos han visto que el artista se ha mostrado aquí como un maestro mayor que el propio Karamzin. El escritor retrata a la heroína de forma sentimental. El romanticismo del artista es palpable. Mientras trabajaba en este lienzo, Kiprensky pensaba en su querida madre. Toda su vida quedó destrozada y su amor pervertido.
Kiprensky vio las razones que se habían vuelto destructivas para la chica. Su madre se convirtió en una víctima inocente de las leyes de la servidumbre.
Vemos a una chica que añora su casa y está triste. Es joven y bonita. Hay súplica en sus ojos. Mira al hombre del que está a punto de separarse. Lleva una flor roja en la mano, que simboliza el amor.
Kiprensky simplemente no podía retratar a la campesina de otra manera. Sus sentimientos no le importan a nadie. Su amor simplemente no tiene futuro. La culpa la tiene la desigualdad de carácter social que impera en el mundo. Kiprensky sabía que al crear la famosa imagen literaria estaba reprendiendo a la sociedad por esta injusticia.
Con su pintura hace llorar a los que se compadecen de esta hermosa niña. El público sólo ha acogido con entusiasmo el poder pictórico de este retrato. Pero se mantuvo indiferente a la idea de la desigualdad en la sociedad. Los contemporáneos simplemente prefirieron no darse cuenta de este profundo pensamiento del autor.
Kiprensky fue muy consciente de esta falta de comprensión y se dio cuenta de que estaba solo.
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Comentarios: 2 Ответы
Отличные портреты!!!
Слабые работы у тебя Кипренский, смотри на мои шедевры и учись
https://yuribogomya.in.gallerix.ru/
No se puede comentar Por qué?
En este óleo, el autor retrata a una joven con un aire melancólico y contemplativo. La figura ocupa casi toda la extensión del lienzo, lo que enfatiza su presencia y permite al espectador concentrarse en sus rasgos faciales y expresión.
La muchacha mira directamente al observador, aunque su mirada no es desafiante sino más bien introspectiva, como si estuviera absorta en sus propios pensamientos. Sus labios esbozan una leve sonrisa, ambigua y difícil de interpretar: ¿alegría contenida o resignación? La piel presenta un tono rosado, con sutiles sombras que sugieren volumen y realismo.
Viste una camisa blanca sencilla y un chal rosa satinado que envuelve sus hombros. Este último elemento introduce una nota de delicadeza y feminidad en la composición. Unos pequeños pendientes colgantes adornan sus orejas, mientras que su cabello oscuro está recogido con sencillez, dejando escapar algunos mechones sueltos.
En su mano izquierda sostiene una única flor roja, un detalle significativo que podría simbolizar la juventud, la belleza efímera o incluso el amor perdido. El contraste entre el color vibrante de la flor y los tonos más apagados del fondo atrae la atención hacia este objeto, convirtiéndolo en un punto focal importante.
El fondo es oscuro e indefinido, lo que contribuye a crear una atmósfera íntima y misteriosa. La iluminación proviene de una fuente no visible, resaltando el rostro y las manos de la joven, mientras que el resto del cuerpo permanece parcialmente en penumbra.
La pintura sugiere un estado emocional complejo, marcado por la soledad, la reflexión y quizás una cierta tristeza. La sencillez de la composición y la ausencia de elementos distractores refuerzan esta sensación de intimidad y vulnerabilidad. Se percibe una tensión entre la belleza idealizada del rostro y la expresión melancólica, lo que invita al espectador a reflexionar sobre la naturaleza de la juventud, el amor y la pérdida. La obra podría interpretarse como un retrato psicológico más que simplemente una representación física.