Konstantin Alekseevich Korovin – At the beach. 1910
На эту операцию может потребоваться несколько секунд.
Информация появится в новом окне,
если открытие новых окон не запрещено в настройках вашего браузера.
Для работы с коллекциями – пожалуйста, войдите в аккаунт (abrir en nueva ventana).
Поделиться ссылкой в соцсетях:
No se puede comentar Por qué?
En esta obra, el autor presenta una escena íntima y aparentemente sencilla: un bodegón sobre lo que parece ser una mesa dispuesta al aire libre, con el mar como telón de fondo. La composición se centra en un ramo abundante de rosas rosadas, colocado en un vaso transparente que refleja sutilmente la luz. Acompañando las flores, se distinguen dos copas vacías y un plato con algunas frutas –posiblemente manzanas–, sugiriendo una reciente presencia humana.
La pincelada es suelta y vigorosa, característica de una técnica impresionista o postimpresionista. Los colores son vibrantes pero no estridentes; el blanco dominante del mantel contrasta con los tonos azules y verdes del mar, así como con el rosa delicado de las flores. La luz parece filtrarse a través de la atmósfera, creando sombras difusas y resaltando texturas irregulares en la superficie de la pintura.
El fondo marino, aunque borroso, aporta una sensación de amplitud y frescura. Las rocas que emergen del agua sugieren un paisaje costero agreste y natural. La mesa, con sus objetos cuidadosamente dispuestos, se presenta como un espacio de recogimiento y placer.
Subyacentemente, la pintura evoca temas relacionados con la fugacidad de la belleza y el paso del tiempo. Las flores cortadas, aunque hermosas, son una representación efímera de la vida. Los vasos vacíos y las frutas consumidas insinúan un momento de convivencia que ha concluido, dejando tras de sí solo recuerdos. La escena podría interpretarse como una reflexión sobre la naturaleza transitoria de los placeres sensoriales y la importancia de disfrutar el presente. Existe una atmósfera melancólica, no por tristeza explícita sino por la sugerencia de algo perdido o inalcanzable. El conjunto transmite una sensación de calma contemplativa, invitando al espectador a reflexionar sobre la belleza efímera de la existencia y la fragilidad del tiempo.