On the tops of pastures. 1886 Isaac Ilyich Levitan (1860-1900)

Análisis de la pintura
La obra presenta una vasta extensión de terreno ondulado, dominada por un cerro o colina que ocupa casi toda la composición. El artista ha empleado una paleta terrosa, con predominio de tonos ocres, amarillos y verdes, sugiriendo vegetación exuberante y variada. La luz incide sobre el flanco derecho del cerro, creando contrastes sutiles y resaltando las texturas irregulares del terreno.
En la parte inferior izquierda, se observa una zona más oscura, posiblemente un bosque o una depresión en el paisaje, que actúa como contrapunto al brillo de la colina iluminada. La pincelada es visible y dinámica, con trazos rápidos y sueltos que transmiten una sensación de movimiento y vitalidad. No hay figuras humanas ni elementos arquitectónicos evidentes; la naturaleza se presenta como protagonista absoluta.
La ausencia de detalles específicos y la amplitud del paisaje sugieren un interés en capturar la atmósfera y la impresión general más que en representar una escena concreta. Se percibe una cierta melancolía o soledad, acentuada por la inmensidad del terreno y la falta de presencia humana. La composición podría interpretarse como una reflexión sobre la relación entre el hombre y la naturaleza, o quizás como una evocación de un estado emocional particular.
La zona inferior derecha, con tonos más claros y una línea horizontal que sugiere agua o un valle, introduce un elemento de calma y serenidad en contraste con la energía del cerro. La pincelada menos definida en esta sección podría indicar distancia o una mayor abstracción. En general, la pintura se caracteriza por su simplicidad formal y su capacidad para transmitir sensaciones a través del color y la textura.