In the Alps in the spring. 1897 Isaac Ilyich Levitan (1860-1900)
Isaac Ilyich Levitan – In the Alps in the spring. 1897
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Pintor: Isaac Ilyich Levitan
Levitan, el famoso artista ruso, nació en el seno de una familia pobre, y pasó toda su vida temprana inquieto, en constante ansiedad por el pan de cada día. Primero su infancia, en la que su numerosa familia siempre careció de todo, y luego sus estudios -fue un estudiante pobre en toda regla, estereotipado, y se graduó sin diploma alguno- no por sus notas, sino porque no tenía dinero. Viajaba mucho, también iba al extranjero.
Descripción del cuadro de Isaac Levitan En los Alpes en primavera
Levitan, el famoso artista ruso, nació en el seno de una familia pobre, y pasó toda su vida temprana inquieto, en constante ansiedad por el pan de cada día. Primero su infancia, en la que su numerosa familia siempre careció de todo, y luego sus estudios -fue un estudiante pobre en toda regla, estereotipado, y se graduó sin diploma alguno- no por sus notas, sino porque no tenía dinero.
Viajaba mucho, también iba al extranjero. Era amigo de Chéjov y llevaba una vida muy ajetreada. Su cuadro "Por encima del descanso eterno" se denomina la más rusa de las pinturas sobre Rusia, y al propio artista se le llama el "paisaje del estado de ánimo", porque detrás de cada una de sus obras se puede ver un alma vibrante y agitada, privada de paz.
"En los Alpes en primavera" es uno de sus paisajes, pintado a su manera tradicional de ligereza y vivacidad. Las altas montañas aparecen descarnadas, con sus cimas apuntalando el cielo. Por encima, picos nevados con escasas manchas de verde; por debajo, un valle lleno de vegetación con lagos y un diminuto pueblo que se aprieta contra la ladera de la montaña.
Por encima de todo esto está el cielo, blanco como las nieves de las cumbres, y sólo en algún lugar de las laderas lejanas se pueden ver gotas de oro: los rayos del sol naciente. Esta es la primavera, la primavera alpina, cuando todo se cubre de hierba, cuando los árboles brotan hojas, cuando el aire fino y frío se llena de aromas de flores y jugos. Se puede beber como un buen vino y el valle es como un cuenco lleno de él.
Todo el cuadro es un estado de ánimo, como todos los paisajes de Levitan. Esperanza en el futuro, expectativa de lo mejor: como un alma humana congelada, las montañas están llenas de nieve, pero aquí está la primavera, como el amor o la felicidad, y la nieve se derrite, revelando un verdor radiante.
Los colores del cuadro son muy vivos y brillantes: el contraste del blanco con el verde brillante es sorprendente.
Dicho esto, mirando a su alrededor puede encontrar muchos tonos de verde: oscuro, claro, cálido y frío. La nieve desciende de las montañas. Primavera.
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Comentarios: 3 Ответы
Картина необычайной красоты!!!
красота ))) но не такая как картина "Дали"
классно
No se puede comentar Por qué?
La obra presenta una vista panorámica de un paisaje montañoso en lo que parece ser la estación primaveral. El primer plano está dominado por una extensa pradera de un verde intenso y vibrante, con tonalidades que sugieren la frescura y el crecimiento reciente de la vegetación. Se observan variaciones cromáticas dentro del verde, indicando posiblemente diferentes tipos de hierba o zonas ligeramente más húmedas.
En segundo término, las laderas de las montañas se elevan abruptamente, cubiertas en parte por nieve persistente, lo que sugiere una transición entre el invierno y la primavera. La nieve no es blanca pura; presenta matices azulados y grises, reflejando la luz del cielo y creando un efecto de profundidad. Las rocas expuestas intercaladas con la nieve añaden textura y contraste al paisaje.
El fondo está ocupado por los picos montañosos más altos, que se difuminan en la distancia debido a la perspectiva atmosférica. La paleta de colores utilizada es predominantemente fría – verdes, azules y grises – aunque existen toques sutiles de tonos más cálidos en las zonas iluminadas por el sol.
La pincelada es suelta y visible, con trazos rápidos y expresivos que capturan la sensación de movimiento y energía natural. No se percibe un detalle minucioso; en cambio, el autor prioriza la impresión general del paisaje y la atmósfera.
En cuanto a los subtextos, la pintura podría interpretarse como una representación de la renovación y el despertar de la naturaleza tras el invierno. La presencia de la nieve que aún persiste sugiere una lucha entre las fuerzas opuestas – el frío y el calor, la muerte y la vida. El amplio espacio abierto de la pradera puede evocar sentimientos de libertad, vastedad y conexión con la naturaleza. La ausencia de figuras humanas o animales centra la atención exclusivamente en el paisaje mismo, enfatizando su poderío y belleza intrínseca. La composición horizontal refuerza esta sensación de amplitud y tranquilidad.