Diego Rodriguez De Silva y Velazquez – Portrait of Philip IV, King of Spain
Ubicación: Museum of Art History, Vienna (Kunsthistorisches Museum).
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En este óleo, se presenta el busto de un hombre de mediana edad, presumiblemente de alta alcurnia dada su vestimenta y la severidad de su expresión. El autor ha optado por una composición centrada en el rostro, recortando la figura a la altura del pecho y los hombros contra un fondo oscuro e indefinido que intensifica la atención sobre el personaje.
La paleta cromática es sobria, dominada por tonos ocres, marrones y rojizos, aplicados con pinceladas sueltas pero perceptibles que sugieren volumen y textura en la piel y las prendas. El cabello castaño rojizo, ligeramente ondulado, enmarca un rostro de facciones marcadas: una frente amplia, ojos pequeños y profundos, nariz prominente y un bigote fino y cuidado.
La luz incide directamente sobre el rostro del retratado, resaltando los pómulos y creando sombras que enfatizan la estructura ósea. Esta iluminación no es uniforme; se observa un contraste sutil entre las zonas iluminadas y las oscurecidas, lo cual confiere al personaje una apariencia de realismo y profundidad psicológica.
La vestimenta, aunque austera en su representación, sugiere un estatus elevado: un jubón oscuro con detalles discretos y un cuello blanco rígido característico de la época. La ausencia de adornos ostentosos o símbolos de poder explícitos es notable.
El semblante del retratado transmite una sensación de dignidad, reserva e incluso cierta melancolía. Su mirada fija y penetrante sugiere autoridad y control, pero también un cierto distanciamiento emocional. La expresión no es la de un gobernante triunfal o heroico, sino más bien la de un hombre consciente de su responsabilidad y quizás agobiado por ella.
Subyace en el retrato una reflexión sobre el poder y la representación del mismo. La sobriedad compositiva y cromática, junto con la ausencia de elementos propagandísticos, sugieren que se busca transmitir una imagen de autoridad basada no tanto en la ostentación como en la dignidad personal y la seriedad de propósito. La atención al detalle en la fisonomía del retratado apunta a un interés por capturar su individualidad, más allá de su posición social o política. Se percibe un intento de mostrar al hombre detrás del monarca, con sus virtudes y debilidades.