Vincent van Gogh – Still Life with Four Sunflowers
Ubicación: Kröller-Müller Museum, Otterlo.
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En esta composición se presentan cuatro flores de girasol dispuestas sobre un fondo indefinido que sugiere una superficie plana y oscura. Las flores dominan el espacio pictórico, ocupando casi toda la extensión del lienzo. Su representación no busca la precisión botánica; más bien, se enfatiza su textura rugosa y su estado de marchitez. Los pétalos, en tonos ocres, amarillos quemados y marrones, muestran signos evidentes de deterioro, con bordes deshilachados y formas distorsionadas.
El autor emplea una pincelada densa y empastada, creando un relieve táctil que acentúa la materialidad de las flores y su proceso de descomposición. Las hebras de pintura se aplican en direcciones variadas, generando un movimiento caótico que transmite una sensación de dinamismo y vitalidad incluso en el contexto del declive. Los tallos, delgados y retorcidos, parecen luchar por sostener los pesados capullos, evidenciando su fragilidad.
El fondo, aunque oscuro, no es uniforme; se distinguen pinceladas azuladas y verdosas que aportan profundidad y contraste a la escena. La luz incide de manera desigual sobre las flores, resaltando algunas zonas y dejando otras sumidas en la sombra. Esta iluminación dramática intensifica el efecto de volumen y acentúa la sensación de realismo.
La obra sugiere una reflexión sobre la naturaleza efímera de la belleza y la inevitabilidad del paso del tiempo. La representación de las flores marchitas, lejos de ser un motivo melancólico, puede interpretarse como una celebración de su ciclo vital completo, incluyendo el proceso de decadencia. El vigoroso tratamiento pictórico contrasta con el tema de la muerte, creando una tensión que invita a la contemplación.
La composición carece de elementos narrativos o simbólicos evidentes; se centra exclusivamente en la representación de las flores y su estado actual. Sin embargo, la intensidad emocional transmitida por la obra sugiere una conexión personal entre el autor y el motivo representado. La elección de un formato horizontal y alargado enfatiza la disposición lineal de las flores, creando una sensación de continuidad y repetición que podría aludir a la idea del ciclo vital o la fugacidad del tiempo.