Vincent van Gogh – Roots and Tree Trunks
Ubicación: Van Gogh Museum, Amsterdam.
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La obra presenta una densa maraña de raíces y troncos de árboles, ocupando casi toda la superficie del lienzo. El artista ha empleado una paleta cromática dominada por tonos terrosos – ocres, marrones y amarillos – que contrastan con el intenso azul violáceo utilizado para representar las estructuras vegetales. La pincelada es gruesa, empastada y visiblemente direccional; los trazos siguen la forma de las raíces y troncos, creando una sensación de movimiento y energía orgánica.
En primer plano, se distinguen raíces retorcidas y nudosas que emergen del suelo, entrelazándose en un complejo sistema. Estas raíces no parecen simplemente sostener los árboles, sino que adquieren una presencia casi antropomórfica, sugiriendo figuras en lucha o contorsión. Los troncos, más verticales, se elevan hacia la parte superior de la composición, aunque su follaje es escaso y fragmentado, pintado con pinceladas verdes y marrones que evocan un estado de transición entre la vida y la muerte.
El suelo aparece representado como una superficie irregular y texturizada, también construida mediante capas densas de pintura. La luz no incide directamente sobre el paisaje; en cambio, se percibe una iluminación difusa que acentúa las sombras y profundidades, contribuyendo a crear un ambiente sombrío y melancólico.
Subtextos potenciales: la obra podría interpretarse como una metáfora del subconsciente o de las fuerzas ocultas que influyen en el desarrollo individual. Las raíces entrelazadas podrían simbolizar los vínculos familiares, las experiencias pasadas o los traumas reprimidos. La lucha visible en las formas retorcidas sugiere un conflicto interno o una búsqueda de identidad. La presencia de árboles, tradicionalmente asociados con la vida y el crecimiento, contrasta con su estado fragmentado y sombrío, lo que podría aludir a la fragilidad de la existencia o a la inevitabilidad del declive. La intensidad cromática y la pincelada expresiva transmiten una fuerte carga emocional, sugiriendo un profundo sentimiento de angustia o desesperación. La ausencia de figuras humanas refuerza la sensación de aislamiento y soledad.