"Gradas" de John Grisham Traductor traducir

John Grisham, mejor conocido por escribir dramas legales como «The Pelican Brief» y «The Firm», se dedica a escribir para adultos jóvenes con su drama deportivo, «Bleachers». La novela se publicó originalmente en 2003 y está ligeramente inspirada en la propia experiencia de Grisham como mariscal de campo de secundaria en Mississippi. «Bleachers» sigue al ex mariscal de campo estadounidense Neely Crenshaw, quien regresa después de 15 años a su pequeña ciudad natal de Messina. Neely y el resto de los exjugadores se reúnen en las gradas para recordar los días de gloria, mientras su legendario entrenador de fútbol de la escuela secundaria, Eddie Rake, yace en su lecho de muerte. A su llegada, Neely se ve obligado a afrontar los errores de su pasado, encontrar el coraje para abrazar su futuro y aprender el poder del perdón. «Bleachers» explora temas de gloria, tanto las recompensas como los peligros de la misma, y ​​el culto cultural tóxico a los héroes deportivos, específicamente en los pequeños pueblos del sur de Estados Unidos. A lo largo de la novela, los hombres que tantas veces ganaron en el campo descubren que las mayores victorias son las que se obtienen fuera de él. La hermandad que encontraron en el fútbol se fortalece y juntos aprenden que, si bien ningún héroe es perfecto, tampoco ningún héroe es irredimible. La edición utilizada en esta guía es la primera edición, publicada por Doubleday, una división de Random House Inc., en octubre de 2003.

En la pequeña ciudad de Messina, supuestamente situada en un estado anónimo del sur, reina el fútbol. Cuarenta y cuatro años antes, Eddie Rake, de 28 años, comenzó su carrera futbolística entrenando a los Messina High School Spartans. Rake fue despiadado con sus jugadores de fútbol y, en poco tiempo, demostró ser un activo invaluable para el equipo, y finalmente llevó a los Spartans a seis años de temporadas invictas. Incluso después de que se rompió la racha en 1970, la ciudad seguía proclamando a Rake por encima de todos los demás, y él tenía «más influencia política en Messina que todos los políticos juntos». Sin embargo, en 1992, los métodos de entrenamiento agotadores y abusivos de Rake provocaron la muerte de uno de sus jugadores, Scotty Reardon, lo que finalmente provocó el despido de Rake como entrenador. Ahora, la ciudad está dividida en cuanto a lo que sienten por Rake. Sin embargo, su legado sigue siendo lo suficientemente fuerte como para que, a medida que se acerca su muerte, tanto ex jugadores como ciudadanos de Messina se reúnan en la ciudad para esperar su fallecimiento. Uno de esos jugadores es el protagonista de la novela, el ex mariscal de campo estadounidense de los Spartans, Neely Crenshaw. El libro comienza con el peregrinaje de regreso de Neely a Messina, aunque no está seguro de su razonamiento: «No estaba del todo claro por qué regresaba ahora […] en el fondo de su alma sabía que este día llegaría, el día en algún lugar en el futuro cuando lo llamen de nuevo». El regreso de Neely trae una mezcla de recuerdos hermosos y dolorosos. Mientras Neely se reencuentra con su ciudad natal, la obsesión de Messina por el fútbol se vuelve sorprendentemente evidente. Rake Field (conocido como «El Campo» en los años en que Rake era el entrenador y recibió su nombre después de que terminó su carrera) es sagrado para la gente del pueblo. La adoración sin remordimientos hacia el equipo de fútbol de la escuela secundaria se evidencia en las prioridades financieras de Messina y en las diversas fotografías del equipo colgadas en los restaurantes locales. Lo más importante es que vemos los efectos en la salud psicológica de cada uno de los exjugadores. La gloria que conlleva ser un Spartan es pasajera, y esa pérdida pesa sobre Neely y los demás exjugadores. En las gradas de Rake Field, los Spartans de años pasados ​​se reúnen para intercambiar historias sobre sus días en la escuela secundaria. A Neely se unen varios otros: Silo y Paul, que estaban en el equipo con él, Mal, que jugó en la década de 1960 cuando Messina estaba invicto, y Jaeger, que estaba en la escuela secundaria cuando despidieron a Rake. Aunque pertenecen a generaciones diferentes, el vínculo que comparten es considerable: «[e]rían miembros de una pequeña fraternidad cuya membresía estaba cerrada para siempre». Esta experiencia compartida trasciende los diferentes caminos que tomó cada vida y crea amigos más cercanos que hermanos. Más de la naturaleza abusiva de Rake, tanto física como verbal, se revela a medida que los jugadores hablan de sus años en The Field. La disciplina arraigada en los jugadores durante la escuela secundaria permaneció con ellos; La «voz de Rake nunca está lejos», persiguiéndolos y exigiendo más que la excelencia. Sin embargo, incluso ahora, lo único que quieren es complacerlo.Las tendencias violentas de Rake ganaron mayor notoriedad en tres ocasiones: la primera fue un combate de sparring al comienzo de su carrera como entrenador, y la segunda fue durante el campeonato cuando Neely, Paul y Silo estaban en el equipo. Aunque los detalles se mantienen en secreto para el resto de la ciudad, Neely siempre lleva consigo el peso de esa noche. Los Spartans estaban perdiendo en el entretiempo y Rake perdió la calma con Neely y le dio un puñetazo en la cara. Neely instintivamente tomó represalias y golpeó a Rake con tanta fuerza que le rompió la mano. Años más tarde, Rake acudió a la cama de Neely cuando se lesionó durante un partido universitario para disculparse, pero Neely no aceptó la disculpa. La tercera vez que Rake traspasó los límites fue una tragedia que le costó el trabajo. Durante uno de sus infames Spartan Marathons, un evento agotador en el que obligó a sus jugadores a correr vueltas y subir y bajar las gradas en condiciones extremas, uno de sus jugadores se desplomó por un golpe de calor y nunca recuperó el conocimiento. Scotty Reardon murió en los brazos de Rake ese día y su tío, el superintendente John Reardon, exigió justicia. Rake fue despedido inmediatamente, y aunque muchas personas en Messina finalmente cuestionaron los métodos de entrenamiento de Rake, otros cuestionaron la dureza de Scotty, dividiendo a la ciudad. El abismo entre los lados se hizo más grande a medida que iban pasando nuevos entrenadores, ninguno de ellos capaz de producir los resultados que tuvo Rake. La cuestión se volvió más política cuando quienes querían “ver los deportes restados importancia” aprovecharon el momento para actuar, provocando fricciones con los fanáticos acérrimos del fútbol. El resultado fue una carrera desagradable entre Dudley Bumpus, que tenía planes de volver a contratar a Rake si era elegido, y Reardon para superintendente. Aunque los votos estuvieron casi empatados y más ciudadanos que nunca acudieron a emitir su voto, la carrera finalmente terminó con la reelección de Reardon. Mientras tanto, Rake se retiró a su casa y no salió durante dos años. Además de la controversia que rodea a Rake, Neely afronta otros errores durante su estancia en Messina. Su ex novia y primer amor, Cameron, está en la ciudad y finalmente logra cerrar su relación con ella. Visita la escuela secundaria Messina y es testigo desde fuera de que el ciclo de mariscales de campo que gobiernan la escuela continúa. Mientras Neely observa al actual mariscal de campo pavonearse por los pasillos, piensa: «Tu fabulosa carrera quedará en una nota a pie de página». Reflexiona sobre cómo la gloria obtenida del estrellato atlético es, en última instancia, trivial y fugaz. Sin embargo, esto no niega las amistades hechas en el equipo de fútbol, ​​que no hacen más que fortalecerse durante su visita. En el funeral de Rake, su hija lee su nota final, que incluye una disculpa a Neely por lo sucedido en el partido de campeonato de 1987. Otros discursos conmovedores relatan la dualidad de Rake: amarlo u odiarlo, era humano y se preocupaba profundamente por él. para sus jugadores. Cuando le piden a Neely que elogie al entrenador, finalmente encuentra la paz con el pasado y la libertad en el perdón. Eliminar las presiones de ser un héroe le permite a Neely perdonar a Rake y a sí mismo.Al final de la novela, Neely obtiene la perspectiva necesaria para apreciar su ciudad natal y el fútbol por todas las experiencias que marcaron su vida. Promete volver a casa más veces, ahora que la voz de Eddie Rake ya no es una voz inquietante en su cabeza, sino un recuerdo más agradable, aunque agridulce.