Las autoridades españolas retiraron en el último momento el cuadro de la subasta por 1.500 euros 
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Una intervención de última hora del Ministerio de Cultura español ha impedido la venta en subasta en Madrid de un cuadro que se cree es del maestro italiano Caravaggio.
La casa de subastas Ansorena ha retirado un cuadro titulado «Corona de espinas», con un precio de salida de sólo 1.500 euros (1.785 dólares), después de que el Ministerio anunciara que la obra no podía exportarse del país a la espera del dictamen de un grupo de expertos sobre la autoría.
El óleo, ahora atribuido a un artista perteneciente al círculo del pintor español del siglo XVII José de Ribera, representa a un Cristo sufriente con sangre goteando de su corona de espinas.
«Vamos a ver si es obra de Caravaggio o si fue pintado por un seguidor de Ribera, como se atribuía anteriormente», declaró a la prensa el ministro español de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes.
El Ministerio intervino después de que algunos expertos expresaran dudas sobre la atribución del cuadro. Las autoridades españolas deben determinar ahora si el pintor barroco italiano, que murió en 1610 a los 30 años tras una vida turbulenta, es el verdadero autor del cuadro. Michelangelo Merisi da Caravaggio fue un maestro en el uso de las técnicas de luz y sombra para hacer que los objetos parecieran vivos.
Muy pocas obras de Caravaggio se exponen actualmente al público. La mayoría de sus obras, valoradas en millones, se encuentran en colecciones privadas.
La galería privada Colnaghi ha sido contratada para estudiar el cuadro. «Tengan paciencia», dijo Jorge Coll, director de la galería. “La gente ha esperado 400 años para ver esta obra maestra, esperemos un año más, es cuestión de hacer bien nuestro trabajo”, dijo, añadiendo que el cuadro está a salvo en un lugar no revelado de Madrid. También describió su «calidad magnética» y recordó cómo su primera mirada le dejó una impresión que rara vez experimenta al contemplar obras de arte.
La investigación ya estaba dando sus frutos. Un documento hallado en la Real Academia Española de Bellas Artes demuestra que el antepasado de los actuales propietarios, Evaristo Pérez de Castro, adquirió la obra a cambio de un cuadro de Alonso Cano en 1823.
Coll no especuló sobre cuánto podría valer el cuadro si resultara ser de Caravaggio y dijo que los propietarios están ahora más interesados en la autoría y la restauración que en venderlo. «Cuando una obra como ésta sale al mercado, es muy difícil determinar cuál podría ser el precio final», dijo.
En 2019 se descubrió en un desván francés un cuadro «Judith y Holofernes», que resultó ser una obra de Caravaggio. Con una estimación preliminar de 150 millones de euros, se vendió a un comprador misterioso por un precio desconocido, después de que el Louvre se negara a comprarlo por 100 millones de euros. Más tarde se supo que el cuadro lo había comprado James Tomilson Hill, multimillonario estadounidense coleccionista de arte, miembro del consejo del Museo Metropolitano de Arte y gestor de fondos de cobertura.
España tiene unos meses para prever (y posiblemente cobrar) el precio de mercado si quiere mantener el empleo en el país.
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