Betsabé con la carta del rey David, Rembrandt:
interpretación, análisis
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Betsabé Holding
Carta del rey David
Por Rembrandt.
Considerado como uno de los
Las mejores pinturas de la historia.
Descripción
Artista Rembrandt (1606-69)
Medio : Pintura al óleo
Género : Bíblico pintura de historia
Movimiento : Barroco holandés
Ubicación : Museo Louvre Paris.
Para otras imágenes importantes, ver: Pinturas famosas analizadas .
Apreciación artística
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Considerado como uno de los de Rembrandt mejores pinturas de retratos y una obra maestra del siglo 17 Realismo holandés, esta pieza de Arte bíblico ilustra una escena del segundo libro de Samuel (11: 2-27). Una tarde, mientras paseaba por el techo de su palacio, el Rey David observó el hermoso baño de Betsabé. Ella era la hija de Eliam y esposa de su vecino, Urías el hitita, que estaba lejos en el ejército. Totalmente enamorado, la convocó por carta al palacio, como resultado de lo cual ella quedó embarazada. Más tarde, arregló que Urías fuera enviado a la lucha más intensa, donde fue asesinado. Luego David se casó con Betsabé, por lo que luego fue castigado por Dios. La historia es una excusa para que Rembrandt pinte otra de sus maravillosas expresiones. desnudos femeninos, y elige representar a Betsabé después de recibir su citación, mientras ella se prepara para su reunión con el rey David. Uno de los ejemplos más sutilmente expresivos de Arte cristiano, captura los sentimientos encontrados de pesar, sumisión y anticipación de Betsabé ante la perspectiva de su inminente enlace. Esta hermosa obra maestra de Pintura holandesa del siglo XVII cuelga en el Louvre, en París.
Composición
Antes de este trabajo, una forma común de representar esta historia bíblica era mostrar a Bathsheba bañándose al aire libre. Por lo general, se colocaba una torre en la distancia, a menudo con una pequeña figura que representaba al rey David. El mismo Rembrandt había utilizado este diseño en su fotografía anterior The Toilet of Bathsheba (1643, Metropolitan Museum of Art, Nueva York). Pero en Bathsheba Holding King David’s Letter, ofrece un tratamiento minimalista pero monumental, en el que nos convertimos en el voyeur en lugar de David. Betsabé es retratada sentada en una cama en su oscura habitación, con la cabeza ligeramente hacia un lado, perdida en sus pensamientos mientras una sirvienta se lava y seca los pies. Sabemos por análisis de rayos X que la posición de la cabeza de Betsabé fue cuidadosamente planificada: inicialmente Rembrandt la había pintado mirando hacia arriba, en una pose menos evocadora. La criada, que discretamente desvía la mirada, también conoce el contenido de la carta que su amante tiene en la mano. La configuración del dormitorio insinúa las consecuencias que tendrá la reunión de Betsabé con David, mientras que su desnudez enfatiza la fuente de su ruina. Ver también: Arte de la reforma protestante (c.1520-1700).
Modelo de Rembrandt para esta exquisita pieza de arte religioso fue Hendrickje Stoffels, su compañero de vida de 28 años, tras la muerte de su esposa Saskia. La crítica Svetlana Alpers ha comparado Bathsheba con Hendrickje: "La historia de Bathsheba no era diferente en ciertos aspectos de la situación de Hendrickje", refiriéndose a la relación ilícita de este último con el artista. Sin embargo, esto pasa por alto el hecho de que Rembrandt usó a sus compañeros como modelos para todo tipo de personas y situaciones diferentes. Su pose y la de su sirvienta están tomadas de un grabado basado en una escultura clásica en relieve, probablemente representando a una novia preparada para su noche de bodas. Así es también, en parte, cómo se representa a la propia Betsabé, lo que hace que la pintura sea un comentario profundo sobre la sensualidad humana.
Pincelada y Color
La riqueza de este desnudo de tamaño natural es excepcional incluso para Rembrandt: cada pliegue de carne se detalla con amor, su naturaleza sensual enfatizada por las cortinas transparentes y las joyas delicadamente trabajadas. La pintura utilizada en la figura de Bathsheba está cuidadosamente matizada: su amplia pincelada y sus fuertes reflejos le otorgan una resonancia táctil al cuerpo, haciendo que su presencia sea casi palpable. Esta sensualidad abierta (un reflejo del pecado inminente de Basheba) contrasta con el aire de profunda tristeza del sujeto. La calidez de la pintura, creada por tonos de cobre y oro, tiene ecos del color esquemas de los grandes maestros venecianos como Tiziano (1480-1576) y Paolo Veronese (1528-88), mientras que el suave claroscuro , diseñado para resaltar el cuerpo de Betsabé, también produce un efecto dramático. La tela dorada en el fondo y el blanco puro de la ropa proporcionan un marco luminoso para su desnudez. (Vea la paleta de colores más monocromática de El suicidio de lucrecia (c.1666, Minneapolis Institute of Arts) y la paleta más rica de La novia judía (1665-8, Rijksmuseum) y El regreso del hijo pródigo (1668, Museo del Hermitage, San Petersburgo).
Sentido
El significado de Betsabé con la carta del rey David sigue siendo abiertamente tentador. La profunda tristeza visible en el rostro de Betsabé sigue siendo ambigua. Después de todo, es probable que ninguna esposa se sienta relajada por engañar a su esposo, incluso si la perspectiva tiene su lado emocionante. Rembrandt nunca estuvo satisfecho con las representaciones triviales, y habría sido consciente del hecho de que Betsabé podría haber sido un cómplice pasivo en el acercamiento de David hacia ella. Por lo tanto, parece probable que él quisiera mostrarla como víctima y pecador. O bien, puede que simplemente haya querido decir que la belleza física de una mujer puede ser, por sí misma, una causa importante de pecado. Cualquiera sea el caso, la complejidad psicológica y la belleza cromática de la obra, una vez descrita por el eminente erudito británico del arte. Kenneth Clark como "La pintura más grande del desnudo de Rembrandt" – nos recuerda que Rembrandt sigue siendo uno de los mejores artistas de todos los tiempos.
Rembrandt Van Rijn
Además de los retratos de grupos, parejas e individuos, Rembrandt produjo una serie de pinturas religiosas y obras alegóricas. Estos incluyen: El sacrificio de Isaac (1635, Hermitage); Susanna sorprendida por los ancianos (1647, Gemaldegalerie, Berlín); Aristóteles contemplando el busto de Homero (1653, Metropolitan Museum of Art, Nueva York); Jacob bendiciendo a los hijos de José (1656, Kassel); La conspiración de Claudio Civilis (1661, Museo Nacional, Estocolmo); El suicidio de Lucrecia (c.1666) y El regreso del hijo pródigo (1669, Hermitage). Estas exquisitas obras históricas, junto con su gran variedad de retratos, hacen de Rembrandt uno de los mejores artistas de todos los tiempos.
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