Vladímir Poliakov. Materia sin nombre Traductor traducir

El Museo Erarta presenta una exposición de Vladimir Polyakov, en cuyas obras la materialidad de un objeto choca con la inmaterialidad del pensamiento.

¿Dónde están los límites reales del arte? ¿Qué es una forma sin pertenencia semántica? ¿En qué momento adquiere su esencia? El artista de San Petersburgo, Vladimir Polyakov, nos invita a encontrar respuestas a estas preguntas en su exposición. Sus obras son imágenes volubles, que renacen según el lugar y el tiempo. La forma, como está convencido el autor, ya no es significativa, es solo una guía para nuevos contenidos.

La exposición Nameless Matter es un intento de comprender el movimiento y el cambio de forma en un contexto histórico. El papel del arte, según el artista, es demostrar, visualizar los hechos de la realidad, generalmente pasados ​​por alto. Las obras de Vladimir Polyakov nacen en la frontera, donde la materialidad del objeto choca con la inmaterialidad del pensamiento y porta un poder oculto encerrado en una forma-imagen.

El artista presta especial atención al tiempo como objeto material. Le interesa saber cuánto vivirá su obra, cómo morirá, cuántas veces y cómo será interpretada por el espectador.

El método creativo de Polyakov se basa en las formas básicas, por definición del autor, del universo, impregnadas de una luz misteriosa especial. No menos importante para el autor es el principio de relatividad: dependiendo del observador y su conocimiento, un objeto puede adquirir diferentes significados semánticos.  

La exposición de Vladimir Polyakov es una conversación sobre la forma y su contenido, una búsqueda de sus límites materiales. De hecho, en su punto cero, la forma permanece lo más neutral posible, pero su lectura puede ser lo más amplia posible. El autor mira la forma en el contexto del infinito. Es importante para él darle al objeto la capacidad de cambiar con el tiempo, dotándolo así de nuevas propiedades y características que no son inherentes a un objeto vivo.

Las obras de Vladimir Polyakov recuerdan al espectador la fugacidad de lo que está sucediendo y la relatividad de nuestra percepción. El autor propone mirar la forma, liberada de la influencia de la realidad, y encontrar el punto en el que comienza a llenarse de sentido, adquiere su expresividad.