Portrait of William M. Smirnova. 1837-1840 Karl Pavlovich Bryullov (1799-1852)

El retrato presenta a una joven de la alta sociedad, probablemente en un entorno campestre o ajardinado, aunque el fondo se difumina en una oscuridad que sugiere más un espacio idealizado que una localización precisa. La figura femenina ocupa casi toda la extensión del lienzo, enfatizando su presencia y estatus.
Viste un vestido de corte clásico, con un escote pronunciado y mangas cortas fruncidas, indicativo de la moda de la época – mediados del siglo XIX. El color claro del vestido contrasta con el chal o capa roja que lleva sobre los hombros, llamando la atención sobre su figura. La delicadeza de las telas y los detalles en el atuendo sugieren una posición económica privilegiada.
Su rostro es sereno, casi melancólico, con una mirada directa al espectador que transmite cierta introspección. El cabello recogido en un moño sencillo acentúa la forma ovalada del rostro y su juventud.
En sus brazos sostiene a un pequeño perro de raza, posiblemente un spaniel o similar, lo cual puede interpretarse como un símbolo de lealtad, compañía o incluso estatus social; los animales eran frecuentes en retratos aristocráticos como indicadores de riqueza y gusto refinado. La correa dorada que sujeta al animal refuerza esta idea.
La iluminación es suave y difusa, modelando el rostro y las manos de la joven con delicadeza. El autor ha prestado especial atención a los detalles faciales, buscando capturar no solo la apariencia física sino también una cierta psicología en la expresión de la retratada.
El fondo oscuro y poco definido podría interpretarse como un intento de aislar a la figura principal del mundo exterior, enfatizando su individualidad y quizás su aislamiento dentro de las convenciones sociales de su clase. La composición general sugiere un deseo de representar no solo una imagen física sino también el carácter y la posición social de la joven retratada.