Giovanni di Paolo – Nativity and the Annunciation to the Shepherds
Ubicación: Vatican Museums (Musei Vaticani), Vatican.
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La escena presentada concentra dos momentos narrativos clave: el nacimiento y la anunciación a los pastores. En primer plano, se observa una representación de la Natividad dentro de un humilde espacio rústico, posiblemente un establo o cueva. La Virgen María, vestida con túnicas azules y oscuras, se arrodilla en actitud de reverencia frente al Niño Jesús, quien descansa sobre paja. Su mirada está dirigida hacia el recién nacido, enfatizando su rol maternal y la importancia del evento.
Acompañando a María, un hombre mayor, ataviado con ropas amarillas y una expresión contemplativa, podría interpretarse como San José o un pastor que ha recibido la noticia. A su lado, otra figura femenina observa al Niño. La presencia de animales –un buey y un asno– es recurrente en este tipo de representaciones, simbolizando humildad y el cumplimiento de las profecías bíblicas.
En el fondo, a la derecha, se distingue una escena nocturna con dos pastores arrodillados ante un halo luminoso que desciende del cielo. Este brillo celestial alude directamente a la anunciación angelical, comunicando la llegada del Mesías. La luz no solo ilumina a los pastores sino que también sirve para destacar el evento divino en contraste con la oscuridad circundante.
El paisaje montañoso y cubierto de vegetación, con árboles cargados de frutos naranjas, crea una atmósfera terrenal pero al mismo tiempo mística. Las construcciones rústicas, como la pequeña estructura a la izquierda, sugieren un entorno rural y sencillo, reforzando el mensaje de pobreza y humildad asociado al nacimiento de Jesús.
La composición general se caracteriza por una cierta rigidez en las figuras y una paleta cromática sobria, con predominio de tonos oscuros y terrosos. La disposición de los personajes y la luz focalizada guían la mirada del espectador hacia el centro de la escena: el Niño Jesús, símbolo central de la fe cristiana.
Subtextualmente, la pintura enfatiza la idea de la encarnación divina en un contexto humilde y cotidiano. La presencia de los pastores, considerados figuras marginales en la sociedad de la época, subraya la universalidad del mensaje cristiano: la salvación ofrecida a todos, independientemente de su estatus social. El contraste entre la oscuridad y la luz simboliza el triunfo del bien sobre el mal y la esperanza que trae consigo el nacimiento de Jesús. La naturaleza exuberante podría representar la fertilidad y la renovación espiritual asociada al evento.