Portrait of the poet and playwright gr. AK Tolstoy in his youth. Karl Pavlovich Bryullov (1799-1852)
Karl Pavlovich Bryullov – Portrait of the poet and playwright gr. AK Tolstoy in his youth.
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Pintor: Karl Pavlovich Bryullov
Toda la aristocracia del siglo XVIII era aficionada a la caza. Era una especie de diversión que distraía de los pensamientos cotidianos. Además, había todo tipo de bestias que se podían cazar en esa época. Está claro que el conde Alexei Tolstoi no fue una excepción. Y ello a pesar de que no sólo era un excelente cazador, sino también un maestro de la pluma. El lienzo es ese Alexei Tolstoi, que pronto regalará a Rusia varias obras maestras, entre ellas "El príncipe de plata".
Descripción del cuadro de Karl Bryullov "Retrato de A. K. Tolstoi de joven".
Toda la aristocracia del siglo XVIII era aficionada a la caza. Era una especie de diversión que distraía de los pensamientos cotidianos. Además, había todo tipo de bestias que se podían cazar en esa época. Está claro que el conde Alexei Tolstoi no fue una excepción. Y ello a pesar de que no sólo era un excelente cazador, sino también un maestro de la pluma.
El lienzo es ese Alexei Tolstoi, que pronto regalará a Rusia varias obras maestras, entre ellas "El príncipe de plata". Y en el lienzo todavía es joven y despreocupado, y aún no sabe que vivirá una vida corta. Por desgracia, los talentosos no viven mucho tiempo.
Mientras tanto, vemos a un joven a la caza. Una bolsa, una pistola y, por supuesto, un perro, todo con él. Y lo más importante, se puede ver la emoción en sus ojos. Pero aquí hay una cara demasiado amable y parece que un caballero así no sería capaz de disparar a una hormiga... Pero cuántas veces ocurrió que las apariencias engañaban. Y Tolstoi era un gran cazador. Además de un gran escritor.
Pero aun así, las apariencias perdieron en muchos aspectos. Manos amables, rostro amable, sólo la mirada era un poco irónica. Pero se notaba en el retrato que estaba dispuesto a atrapar su suerte, su juego.
El juego, al parecer, era inherente a este hombre. ¿Cómo podría ser si no? Es una pena que este hombre no haya conseguido hacer tanto. Quién sabe, tal vez podría convertirse en un gran escritor o poeta. Aunque ya dejó una huella muy notable en la literatura rusa.
Pero Bryullov ha conservado para nosotros a este hombre notable, y gracias al artista lo recordamos como un hombre joven. Hay más retratos de adultos de Alexei Tolstoi, pero éste parece ser su mejor retrato.
Qué puedo decir, para entender a un hombre no sólo hay que verlo. Pero también para leer lo que escribió. Y escribió admirablemente y especialmente sobre temas históricos, y curiosamente, escribió sobre la época de Iván el Terrible.
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En este óleo, el autor presenta a un joven de complexión esbelta, vestido con un saco oscuro de terciopelo que sugiere una posición social acomodada. La indumentaria, aunque práctica para la actividad representada, denota refinamiento; el cuello alzado y los puños blancos sobresalen sobre la oscuridad del conjunto. El rostro, iluminado suavemente, exhibe rasgos delicados y una mirada directa, casi desafiante, que transmite seguridad en sí mismo.
El personaje sostiene un fusil de caza, lo que indica su afición por esta práctica deportiva, tradicionalmente asociada a la nobleza rural. A sus pies, un perro de raza apunta hacia el frente, reforzando la idea del entorno natural y la actividad venatoria. La presencia del animal no es meramente decorativa; establece una conexión entre el joven y el mundo salvaje, sugiriendo quizás una naturaleza instintiva y apasionada.
El fondo se compone de un paisaje boscoso denso y oscuro, con árboles altos que enmarcan la figura central. A la derecha, se vislumbra tenuemente una construcción, posiblemente una finca o mansión, lo cual reafirma el estatus social del retratado. La luz tenue y difusa crea una atmósfera melancólica y contemplativa.
Subyacentemente, la obra parece explorar la dualidad de la figura: un joven perteneciente a una clase privilegiada que, sin embargo, se siente atraído por las actividades al aire libre y la libertad que estas ofrecen. El fusil puede interpretarse como un símbolo de poder y control, pero también como una herramienta para conectar con la naturaleza y escapar de las convenciones sociales. La mirada del personaje sugiere una inteligencia aguda y una cierta independencia de espíritu. En conjunto, el retrato no solo documenta la apariencia física de un individuo, sino que insinúa su carácter complejo y sus aspiraciones.