Vincent van Gogh – View of Vessenots near Auvers
Ubicación: Thyssen-Bornemisza Museum (El Museo de arte Thyssen-Bornemisza), Madrid.
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La obra presenta una vista panorámica de un paisaje rural dominado por campos extensos y ondulantes. El primer plano está ocupado por vegetación densa, representada con pinceladas gruesas y empastadas en tonos terrosos y verdes oscuros. Esta zona actúa como un marco natural que introduce al espectador en la escena principal.
El campo central se extiende hacia el horizonte, cubierto de una masa vibrante de flores amarillas. La aplicación de la pintura es particularmente notable aquí; las pinceladas cortas y dinámicas sugieren movimiento y energía, casi como si el viento agitara los tallos. Los tonos amarillos varían en intensidad, creando un efecto de luminosidad y profundidad.
En la distancia, se observa una pequeña agrupación de edificios rurales, casas con tejados inclinados y muros blancos o grises. Estos elementos arquitectónicos están integrados en el paisaje, rodeados por árboles y colinas suaves que se difuminan hacia el fondo azulado del cielo. La paleta de colores utilizada para representar las estructuras es más apagada en comparación con la vitalidad del campo, lo que sugiere una cierta distancia o separación entre el mundo humano y la naturaleza.
El cielo presenta nubes densas y texturizadas, pintadas con pinceladas horizontales que enfatizan su movimiento. La luz parece filtrarse a través de las nubes, proyectando sombras sutiles sobre el paisaje.
Subtextos potenciales:
La obra podría interpretarse como una reflexión sobre la relación entre el hombre y la naturaleza. El campo floreciente, exuberante y lleno de vida contrasta con la relativa quietud de los edificios rurales. Esta contraposición sugiere una tensión entre la actividad humana y la fuerza incontrolable de la naturaleza. La pincelada enérgica y expresiva podría evocar sentimientos de emoción intensa o incluso angustia, transmitiendo una conexión profunda y personal del artista con el paisaje. La elección de colores brillantes y contrastantes puede simbolizar la belleza efímera de la vida y la fugacidad del tiempo. El horizonte lejano y las colinas suaves podrían representar un anhelo por la paz y la tranquilidad, o quizás una sensación de aislamiento y soledad. La presencia de los edificios, aunque modestos, recuerda la existencia de una comunidad humana, pero su distancia sugiere una cierta desconexión con el mundo natural.