Metropolitan Museum: part 4 – Paul Cézanne - Madame Cézanne (née Hortense Fiquet, 1850–1922) in a Red Dress
На эту операцию может потребоваться несколько секунд.
Информация появится в новом окне,
если открытие новых окон не запрещено в настройках вашего браузера.
Для работы с коллекциями – пожалуйста, войдите в аккаунт (abrir en nueva ventana).
Поделиться ссылкой в соцсетях:
No se puede comentar Por qué?
En este óleo, se observa a una mujer sentada en un sillón dorado, vestida con un vestido rojo intenso que domina la composición cromática. La figura ocupa casi todo el espacio pictórico, sugiriendo una intimidad forzada o una presencia imponente. Su mirada es directa al espectador, aunque carece de expresión definida; su rostro presenta una palidez sutil y una leve sonrisa que no transmite calidez ni afecto.
El autor ha empleado un tratamiento del color poco convencional, con pinceladas visibles y una modulación tonal que busca más la estructura volumétrica que el realismo descriptivo. El rojo del vestido se articula en diferentes matices, creando una sensación de solidez y peso. Los fondos son difusos, construidos a partir de grises y azules que contrastan con la calidez del color principal.
El interior donde se sitúa la mujer parece ser un espacio doméstico, aunque desprovisto de elementos decorativos o personales que puedan contextualizar su vida o personalidad. La presencia de las cortinas florales en el lado derecho introduce una nota de complejidad visual, pero no logra romper con la sensación general de austeridad y contención.
La composición se caracteriza por una cierta rigidez formal, acentuada por la postura frontal de la figura y la simetría del encuadre. La mujer sostiene un objeto pequeño entre sus manos, posiblemente una flor o un trozo de tela, pero su significado permanece ambiguo.
Subtextos potenciales sugieren una reflexión sobre el papel de la mujer en la sociedad burguesa del siglo XIX: una figura relegada a la esfera privada, definida por su apariencia y su función reproductiva. La falta de expresión emocional en el rostro de la retratada podría interpretarse como un síntoma de alienación o resignación. El vestido rojo, aunque llamativo, no parece ser un signo de empoderamiento sino más bien una máscara que oculta una realidad más compleja y problemática. La solidez del sillón dorado contrasta con la fragilidad aparente de la figura humana, planteando interrogantes sobre las relaciones de poder y dependencia en el ámbito familiar.