Madonna del Granduca Raphael (1483-1520)
Raphael – Madonna del Granduca
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Pintor: Raphael
Ubicación: Palazzo Pitti, Firenze.
"Madonna Granduca" es uno de los cuadros más famosos del artista italiano Rafael Santi. Su tema es una imagen bastante tradicional de la Virgen María con un bebé en brazos. Algunos historiadores del arte suponen que el cuadro fue creado por Rafael en 1504-1505, poco después de trasladarse a Florencia. Allí conoció los lienzos de otro artista italiano, Leonardo da Vinci. Hay una clara influencia de la obra de Leonardo en el cuadro.
Descripción del cuadro Madonna Granduca de Rafael Santi
"Madonna Granduca" es uno de los cuadros más famosos del artista italiano Rafael Santi. Su tema es una imagen bastante tradicional de la Virgen María con un bebé en brazos.
Algunos historiadores del arte suponen que el cuadro fue creado por Rafael en 1504-1505, poco después de trasladarse a Florencia. Allí conoció los lienzos de otro artista italiano, Leonardo da Vinci.
Hay una clara influencia de la obra de Leonardo en el cuadro. También utilizó la técnica del sfumato, que consiste en suavizar las figuras para transmitir una sensación de aire. El fondo es también el fondo, que, según la investigación radiográfica, muestra una ventana que da al jardín. El fondo fue eliminado posteriormente. Ahora es un color negro sólido en su lugar.
Se desconocen las razones por las que se pintó el fondo antiguo. Ni siquiera se sabe si lo hizo el propio Rafael o alguno de los propietarios posteriores, los restauradores. Una posible razón es la semioscuridad por la que también se conocen los cuadros de Leonardo. Posteriormente, Rafael abandonó sus intentos de recrear la penumbra y pasó a utilizar casi por completo un fondo de paisaje y la luz del sol.
María se encuentra de frente al espectador, girando ligeramente hacia la derecha. Los colores de su ropa son simbólicos. El vestido rojo simboliza la sangre derramada en la cruz. El manto azulado es un signo de pureza.
No se sabe cómo llamó el propio Rafael al cuadro. El cuadro recibió su nombre actual de "Madonna Granduca", "Virgen Granduca", unos siglos más tarde, a finales del siglo XVIII, cuando Fernando III, duque de Toscana, lo compró a los descendientes del famoso pintor florentino Carlo Dolci. Curiosamente, durante un tiempo el cuadro fue considerado milagroso y colgado en el dormitorio del duque. Posteriormente se expuso en la galería pública de Pitti.
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En esta representación, se observa a una figura femenina sosteniendo un niño pequeño en sus brazos. La mujer, vestida con túnicas azul y roja intensas, presenta una mirada serena y ligeramente melancólica dirigida hacia el espectador. Un halo dorado rodea su cabeza, indicando su estatus sagrado. El niño, desnudo y de piel clara, se aferra a ella con un gesto que sugiere tanto dependencia como confianza. Ambos personajes están enmarcados por un fondo oscuro, casi negro, lo cual concentra la atención del observador en sus figuras y expresiones.
La composición es notablemente vertical, enfatizando la conexión íntima entre madre e hijo. La luz incide suavemente sobre los rostros y cuerpos, modelando las formas con delicadeza y creando una atmósfera de recogimiento y devoción. El uso del color rojo en el vestido de la mujer podría simbolizar su pasión y sacrificio, mientras que el azul representa su pureza y conexión celestial.
Subtextos potenciales sugieren una reflexión sobre la maternidad divina y humana. La mirada contemplativa de la Virgen María puede interpretarse como una premonición del sufrimiento futuro de su hijo, o como una expresión de amor incondicional. El niño, a pesar de su inocencia, parece poseer una conciencia implícita, lo que podría aludir a su destino mesiánico.
La sencillez de los elementos y la ausencia de detalles superfluos contribuyen a un sentido de atemporalidad y universalidad. La pintura no se centra en narrar un evento específico, sino en transmitir una emoción profunda: el vínculo sagrado entre madre e hijo, y la promesa de redención que este representa. El contraste pronunciado entre la luz y la sombra acentúa la importancia simbólica de los personajes principales, elevándolos por encima del plano terrenal.