Hallazgos sorprendentes bajo la catedral quemada de Notre Dame de París Traductor traducir
El terrible incendio de Notre Dame del 15 de abril de 2019 ha dado lugar a valiosos descubrimientos. En el marco de los trabajos de restauración, unos cincuenta arqueólogos del Inrap han excavado durante cinco años bajo la catedral y en sus alrededores. En una conferencia de prensa celebrada el martes 17 de septiembre, los investigadores describieron sus impresionantes hallazgos, que dan testimonio de 2.000 años de historia.
Se descubrieron los restos de varios edificios, entre ellos los suelos de una gran residencia antigua que data del siglo I, más de mil años antes de la construcción de Notre Dame, cuando París aún se llamaba Lutecia. Se descubrieron a 3,5 metros de profundidad, bajo el sótano de Sufflo, en el corazón del edificio. También se encontraron vestigios de un edificio medieval y de una estructura carolingia de 30 metros de largo (en el lado sur de la catedral).
Pero el hallazgo más impresionante fue el descubrimiento de una pantalla de grajo (muro escultórico que separa el coro de la nave en una iglesia) del siglo XIII enterrada bajo el crucero. Se excavó para preparar la instalación de 700 toneladas de andamios para reconstruir la aguja de Viollet-le-Duc.
Los arqueólogos han desenterrado más de 1.000 fragmentos de esculturas de este muro, 700 de los cuales conservan policromía -según varios expertos, obras «excepcionales», que ofrecen una rara visión de los vibrantes colores que adornaban Notre Dame en la Edad Media. Estos fragmentos se ensamblarán como un rompecabezas en una reconstrucción digital que comenzará en 2026. Mientras tanto, una treintena de los fragmentos recuperados se expondrán en el Museo de Cluny, en el marco de la exposición «Hacer hablar a las piedras. Esculturas de Notre Dame» (del 19 de noviembre de 2024 al 16 de marzo de 2025).
En el sótano de la catedral, los investigadores podrían haber encontrado los restos del poeta Joachin Du Belle, fallecido en 1560. Entre cientos de enterramientos, el ataúd de plomo (signo de persona importante) les llamó la atención por varias razones, según detalla Eric Crubezi, médico y profesor de antropología biológica en la Universidad Paul-Sabatier de Toulouse.
En primer lugar, el esqueleto muestra rastros de la rara enfermedad de la que murió el poeta: tuberculosis de los huesos del cuello, que causaba una meningitis crónica, que en aquella época sólo se daba en el 0,03% de los casos. En segundo lugar, los restos muestran signos de equitación intensiva, y el poeta era, en efecto, un jinete experimentado y muy activo. Por último, el documento confirma que Joachin Du Belle (que también era canónigo de Notre Dame y sobrino de Jean du Belle, antiguo obispo de París) fue efectivamente enterrado en la catedral.
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