"La Bella y la Bestia" de Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve Traductor traducir

«La Bella y la Bestia» es un cuento de hadas tradicional publicado por primera vez por Madame Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve. Sin embargo, la versión escrita más conocida fue abreviada de la obra de Villeneuve en 1756 por Jeanne-Marie Leprince de Beaumont. La historia comienza con un comerciante viudo que vive en una mansión con sus seis hijos, tres varones y tres mujeres. Todas sus hijas son muy hermosas, pero la menor, Bella, es la más encantadora, además de bondadosa, culta y de corazón puro. Sus dos hermanas mayores son malvadas, egoístas, vanidosas y malcriadas. Se burlan en secreto de Bella y la tratan más como una sirvienta que como una hermana. El comerciante finalmente pierde todas sus riquezas en el mar, lo que hunde la mayor parte de su flota mercante. Él y sus hijos se ven obligados a vivir en una pequeña granja y trabajar para ganarse la vida. Años después, el comerciante se entera de que uno de los barcos mercantes que había enviado ha regresado a puerto, tras escapar de la destrucción. Luego emprende un viaje y, antes de partir, les pregunta a sus hijos si quieren que les traiga regalos. Los hijos piden armas y caballos para cazar. Sus hijas mayores piden joyas y vestidos finos. Bella se conforma con la promesa de una rosa excepcional. Desafortunadamente, el comerciante descubre que el cargamento de su barco ha sido confiscado para pagar sus deudas, dejándolo sin dinero y sin poder comprar los regalos de sus hijos. Durante su regreso a casa, el comerciante se pierde durante una tormenta. Buscando refugio, entra en un elaborado palacio. Una figura oculta abre las enormes puertas y lo invita a entrar. El comerciante encuentra mesas dentro con comida y bebida, que parecen haber sido dejadas para él por el dueño invisible del palacio. El comerciante acepta el regalo y pasa la noche allí. A la mañana siguiente, cuando el comerciante está a punto de partir, ve un jardín de rosas y recuerda que Bella quería una rosa. Él elige la rosa más hermosa que puede encontrar, y el comerciante se enfrenta a una horrible «Bestia» que le dice que por tomar su posesión más preciada después de aceptar su hospitalidad, el comerciante debe morir.

El mercader suplica que lo liberen, explicando que solo había recogido la rosa como regalo para su hija menor. La Bestia accede a que se la entregue a la Bella, pero solo si el mercader o una de sus hijas regresa. El mercader, disgustado, acepta la condición. La Bestia lo despide con riquezas, joyas y ropas finas para sus hijos, y le insiste en que la Bella nunca debe enterarse del trato que hicieron. Al llegar a casa, el mercader intenta ocultarle el secreto a la Bella, pero ella se lo saca. Sus hermanos dicen que irán al castillo a luchar contra la Bestia, pero el mercader los disuade. La Bella accede entonces. La Bestia la recibe con gentileza y le informa que ahora es la señora del castillo y él su sirviente. Le da ropa y comida de lujo y disfruta de largas conversaciones con ella. Todas las noches, la Bestia le pide a la Bella que se case con él, pero ella lo rechaza siempre. Tras cada negativa, Bella sueña con un apuesto príncipe que le ruega que le explique por qué sigue negándose, a lo que ella responde que no puede casarse con la Bestia porque solo lo ama como amigo. Bella no establece la conexión entre el apuesto príncipe y la Bestia y se convence de que esta lo tiene cautivo en algún lugar del castillo. Busca por el castillo, pero nunca encuentra al príncipe de sus sueños. Durante varios meses, Bella vive una vida de lujo en el palacio de la Bestia, con todos sus deseos satisfechos, pero finalmente extraña su hogar y le ruega a la Bestia que le permita ver a su familia. Él lo permite con la condición de que regrese exactamente una semana después. Bella accede y regresa a casa con un espejo y un anillo encantados. El espejo le permite ver lo que sucede en el castillo de la Bestia, y el anillo le permite regresar al castillo en un instante al girarlo tres veces alrededor de su dedo. Sus hermanas mayores se sorprenden al encontrarla bien alimentada y vestida con hermosos atuendos. La Bella intenta compartir los magníficos vestidos y joyas que la Bestia le dio con sus hermanas, pero se convierten en harapos en el momento en que sus hermanas los tocan y vuelven a su magnificencia solo cuando se los devuelven a la Bella, ya que la Bestia los había destinado únicamente para ella. Sus hermanas envidian su feliz vida en el castillo y, al oír que debe regresar con la Bestia en un día determinado, le ruegan que se quede otro día, incluso poniéndoles cebolla en los ojos para que parezca que están llorando.

Esperan que la Bestia se enfade con la Bella por romper su promesa si se queda. Bella, conmovida por la falsa muestra de amor de sus hermanas, acepta quedarse. Bella comienza a sentirse culpable por romper su promesa y usa el espejo para verlo de vuelta en el castillo. Se horroriza al descubrir que la Bestia yace medio muerta de pena cerca de los rosales de los que su padre arrancó la rosa, e inmediatamente usa el anillo para regresar con la Bestia. Bella llora por la Bestia, diciéndole que lo ama. Cuando sus lágrimas lo tocan, la Bestia se transforma en el apuesto príncipe de los sueños de Bella. El Príncipe le informa que hace mucho tiempo un hada lo convirtió en una bestia horrible después de que se negara a dejarla entrar para protegerse de la lluvia. Solo encontrando el amor verdadero, a pesar de su fealdad, se podría romper la maldición. Él y Bella se casan y viven felices para siempre.