Rendimiento inusual de estreno en el escenario del "Taller Pyotr Fomenko" Traductor traducir

MOSCÚ. En el "Taller de Pyotr Fomenko", el estreno de la actuación se realizó con el nombre que conmocionó a la audiencia permanente del teatro: "Marineros y putas". Incluso en forma de texto en el póster, esto parece inusual, porque esas palabras en este escenario y durante la presentación sonaron extremadamente raras. Sin embargo, lo principal en esta producción no fue el nombre: en la historia del teatro, la presentación principal fue la primera presentación de baile.

Antes de este estreno, el repertorio del Taller Pyotr Fomenko consistía solo en obras dramáticas. Para Oleg Glushkov, director y coreógrafo de la obra, "Sailors and Whores" fue el primer trabajo independiente. En su equipaje creativo hay muchas representaciones en el papel de un coreógrafo, pero así es como el coreógrafo interpretó al director de la obra por primera vez.

El género de esta representación plástica, atípico para el teatro Pyotr Fomenko, fue definido por el director con una palabra corta: baile. Dos horas de la presentación le dan al público una vívida mezcla de números de baile organizados por Oleg Glushkov usando música de varios géneros. Suenan melodías de Strauss, convirtiéndose en composiciones de jazz moderno y canciones de bandas de rock.

En la actuación es difícil identificar la trama, en ella la atmósfera misma es importante, hablando de la danza como un estado mental. Este es un mundo ideal creado por el director, aquí todo está dominado por un ritmo, que se vuelve rápido y suave. El espacio escénico está lleno de amor.

Pero lo más destacado de la actuación en las escenas en solitario de Glushkov magistralmente entregadas. En uno de ellos, el director bromeó con descaro, pero lo hizo de modo que pocos del público notaron su sonrisa, lo que está completamente justificado por el nombre de la actuación. Este es el baile de la actriz principiante Serafima Ogareva con la canción "Serafina". El final de la actuación fue un baile suave con la música del gran Vivaldi.

Ludmila Trautmane