Preservar los tesoros del Renacimiento italiano se ha convertido en una carrera contra el tiempo. Traductor traducir

Un terremoto en la región de Emilia Romaña, en el norte de Italia, ha dañado o destruido casi por completo numerosos monumentos únicos de la arquitectura renacentista. Desde hace seis meses se lucha por restaurarlos, pero, a pesar de los esfuerzos de los restauradores, no será posible concluir las obras antes de que llegue el invierno a la región.

El arquitecto Andrea Sardo, de pie sobre un montón de escombros de la iglesia de San Francesca in Mirandola, la ciudad más afectada por el seísmo, se limita a agitar las manos, deteniéndose a medio camino: «Disculpen, no sé qué decir en esta situación. De la basílica más antigua de Mirandola no queda casi nada. El único muro que se conserva y algunas tumbas de la familia Pico, que en su día gobernó aquí, están sostenidos por una estructura de madera construida por los albañiles.

Una escena similar se observa en el emplazamiento de la antigua catedral del Duomo de Mirandola. El tejado y la bóveda interior han quedado completamente destruidos, y enormes grietas recorren la fachada.

Andrea Sardo es uno de los expertos contratados por el Ministerio de Cultura italiano para evaluar los daños causados por la catástrofe en los edificios históricos de la región. Ya ha trabajado en las secuelas de los terremotos de Asís y Aquila, pero una destrucción tan catastrófica, dice Sardo, no la ha visto en ningún otro lugar.

Un total de 2.200 iglesias y otros edificios históricos resultaron destruidos o dañados. Además de las estructuras, resultaron dañadas colecciones de arte de pinturas, esculturas, fotografías, etc. Murieron 27 personas, unas 3.500 resultaron heridas y 45.000 fueron desplazadas de sus hogares. El terremoto paralizó las principales plantas industriales de producción de vinagre balsámico y queso de la región.

La restauración de muchos monumentos artísticos de Emilia Romaña se ha convertido en una carrera contrarreloj. Los expertos advierten de que lo que no pueda tratarse antes de que llegue el frío puede perderse para siempre. Un equipo de expertos y bomberos especialmente formados está inspeccionando las zonas afectadas, catalogando todos los objetos de arte dañados y asignando una prioridad a cada uno.

Los fondos asignados por el gobierno italiano y la Unión Europea para restaurar el patrimonio cultural de la región son escasos. Andrea Sardo afirma que las donaciones privadas también escasean, y que las empresas y los bancos sienten los duros efectos de la crisis. Por ello, el destino de los monumentos arquitectónicos y artísticos afectados por el devastador terremoto puede seguir siendo muy triste.

Anna Sidorova