El artista tuvo que demostrar en la corte que no era el autor de la pintura, estimado en 10 millones de dólares.
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CHICAGO. Un artista escocés fue demandado tras negarse a autentificar un cuadro pintado hace cuarenta años y firmado con su nombre.
Un tribunal federal de Chicago ha dictaminado que el cuadro, valorado provisionalmente en 10 millones de dólares, no pertenece al pincel de Peter Doig. De este modo, el tribunal desestima una demanda de un antiguo funcionario canadiense, propietario del cuadro, que quería venderlo y acudió a los tribunales después de que Doig se negara a confirmar su autoría.
La insólita demanda de autentificación se inició ya en 2013. Robert Fletcher, propietario del cuadro, y el marchante de arte Peter Bartlow exigieron a Doig que demostrara que él no había tenido nada que ver con la creación del cuadro.
Fletcher afirmó conocer a Doig de su época en la Universidad de Lakehead en los años setenta. Dijo que en 1976 compró un cuadro por 100 dólares al artista, que en ese momento cumplía condena por consumo y distribución de drogas en el Centro Penitenciario de Thunder Bay, donde trabajaba Fletcher. Fletcher declaró que presenció cómo Doig pintaba el cuadro, se enamoró del paisaje y lo compró.
Varios años después, un conocido de Fletcher se fijó en el cuadro y sugirió que podría pertenecer al pincel de Doig. Para establecer la autoría del cuadro, Fletcher empezó a trabajar con Bartlow, propietario de una galería de arte en Chicago y co-conspirador en el proceso.
En su estudio, Fletcher y Bartlow intentaron demostrar las similitudes entre este cuadro y otras obras de Doig. Además, argumentaron que Doig negó su autoría debido a sus sentimientos de vergüenza por su pasado, concretamente su consumo de drogas y su encarcelamiento.
En su defensa, Doig declaró que nunca había asistido a la universidad y que nunca había estado encarcelado, citando como pruebas los expedientes universitarios, cartas de su madre sobre su paradero y testimonios de amigos del colegio. Además, declaró en la vista que no empezó a pintar sobre lienzo hasta finales de 1979.
«Si hubiera pintado este cuadro cuando tenía 16 años, lo habría admitido», dijo Peter Doig.
El artista nació en Edimburgo en 1959. Hasta 1966, antes de trasladarse a Canadá, la familia de Doig vivió en Trinidad. Sólo recientemente sus mágicos paisajes han empezado a ser cotizados en el mercado, y el año pasado uno de sus cuadros se vendió por 26 millones de dólares.
Junto con el reconocimiento de la autoría, Fletcher y Bartlow reclamaron a Doig una indemnización de 5 millones de dólares. Los abogados del artista localizaron al verdadero autor, otro Pete Doig, cuya biografía coincide con los datos aportados por Fletcher. El segundo Doig murió en 2012, pero su hermana, Marilyn Doig Bovard, confirmó en el juicio que el cuadro fue pintado por su difunto hermano.
En una declaración escrita tras el veredicto, Doig dijo que, aunque se había hecho justicia, había tenido que esperar demasiado. Los abogados de los demandantes aún no han decidido si recurrirán la sentencia.
Anna Sidorova © Gallerix.ru
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