Cristo entregando las llaves a San Pedro, Pietro Perugino:
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Descripción

Nombre : "Cristo entregando las llaves del reino a San Pedro"
Fecha : 1481-2
Artista Pietro Perugino (1450-1523)
Medio : Pintura al fresco
Género : Arte bíblico
Movimiento : Pintura del renacimiento temprano
Lugar : Capilla Sixtina, Roma

Para el análisis y la explicación de otras imágenes importantes del Renacimiento, ver: Pinturas famosas analizadas (1250-1800).

APRECIACIÓN ARTÍSTICA
Para el análisis de frescos por
Pintores del renacimiento temprano
como Pietro Perugino, ver
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Evaluación de arte y
Cómo apreciar las pinturas.

Uno de los mejores pinturas religiosas del Renacimiento italiano Cristo, entregando las llaves a San Pedro, fue creado para el Vaticano a pedido del Papa Sixto IV, por el artista umbro Pietro Perugino. Es importante por dos razones principales. Primero, su iconografía ilustra el dogma que rodea la autoridad papal. Segundo, como el de Piero della Francesca Flagelación de Cristo (1450-60) y Uccello’s Caza en el bosque (1470), demuestra el concepto de perspectiva lineal, según lo propuesto originalmente en 1435 por el arquitecto y artista italiano Leon Battista Alberti (1404-72) en su tratado Della Pittura (Sobre pintura).

Cristo entregando las llaves a San Pedro se encuentra en la Capilla Sixtina, Roma. La comisión se le dio a Perugino debido a su exitosa serie de pinturas murales para una capilla en la antigua basílica de San Pedro en Roma. El papa Sixto estaba tan encantado con su trabajo que lo convocó, junto con su colega umbro Pinturicchio (1454-1513) y los florentinos. Alessandro Botticelli (1445-1510) Domenico Ghirlandaio (1449-94) y Luca Signorelli (1440-1523) – para decorar la Capilla Sixtina de nueva construcción (erigida entre 1473 y 1481).

La pintura se basa en las palabras de Jesús registradas en Mateo 16: 13-19, cuando le dice a Simón Pedro: "Sobre esta roca edificaré mi iglesia… y te daré las llaves del reino de los cielos. " Al ilustrar la transferencia de autoridad de Cristo al primer ’Papa’, Pedro, el fresco refuerza la legitimidad de la autoridad petrina, de la cual fluye toda la autoridad papal posterior. Por lo tanto, es un tema obvio estar representado en las paredes de la Capilla Sixtina Papal, uno de los edificios más importantes del Vaticano.

El punto focal del fresco es el centro del primer plano, donde se muestra a un Cristo de pie dando un juego de llaves (el símbolo del poder eclesiástico) a un San Pedro arrodillado. La pareja está rodeada por grupos de apóstoles, así como por varios testigos con vestimenta contemporánea. Esta pieza cuidadosamente puesta en escena de Arte renacentista simboliza la doctrina católica de la sucesión apostólica. (Para más información, ver: Arte católico de contrarreforma 1560-1700.)

La escena tiene lugar en el contexto de una plaza plana y espaciosa, rodeada en la distancia media por tres estructuras. En el centro hay un templo octogonal (Templo de Salomón); a derecha e izquierda, hay dos arcos triunfales idénticos, modelados sobre el Arco de Constantino, erigidos por el emperador romano cuyo Edicto de Milán legalizó el cristianismo en 313. La gran plaza está marcada por una especie de rejilla formada por líneas de pavimento. Las líneas horizontales de la cuadrícula están cortadas por líneas diagonales ortogonales que convergen en la sien en la distancia, creando una impresión muy fuerte y realista de profundidad en la imagen. Más allá de la plaza, una cadena de montañas retrocede en la distancia, gracias al uso de la perspectiva aérea de Perugino. En general, la pintura muestra el éxito de Arte renacentista temprano al crear la ilusión de profundidad tridimensional en un plano de imagen bidimensional.

Irónicamente, la misma autoridad papal a la que se aludía en el fresco de Perugino, hizo que el último trabajo quedara completamente eclipsado por una extensa serie de nuevos Frescos de la Capilla Sixtina creado por uno de los mejores artistas de todos los tiempos. En 1508 Papa Julio II (1503-13) decidió revitalizar Arte renacentista en Roma y comisionado Miguel Ángel (1475-1564) para decorar el techo de la Capilla Sixtina con su Génesis fresco (1508-12). Luego, unos veinte años después, en 1534, el mismo artista fue comisionado por el Papa Pablo III (1534-49) para decorar la pared del altar de la capilla, con su Juicio Final fresco (1536-41), basado en diseños elaborados por el papa Clemente VII (1523-34).

Otros frescos del Renacimiento explicados

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