Exposición Valran "Manera pálida" Traductor traducir

El ciclo de pinturas de Valran "Pale Manner" se pintó en un "cubo blanco", un espacio especialmente construido, similar a un diseño de escenario, en el que se colocan recipientes de vidrio. El artista buscó retratar el silencio, el silencio, un estado de paz, tranquilidad, o mejor dicho, encontrar su encarnación visual. El espacio ideal para ello es el “cubo blanco”, ya que te permite deshacerte de cualquier expresión externa. Las vasijas de vidrio transparente en tal ambiente no rompen el silencio, sino que lo enfatizan, siendo coágulos de materia ligera que refleja y transmite luz a través de sí misma.

“Valery Valran continúa su programa de investigación, se podría decir que vuelve al tema al que permanece fiel de por vida. Ante nosotros se encuentran de nuevo recipientes y líquidos transparentes, así como luz y un fondo que puede llamarse espacio, pero no necesariamente espacio en un estado de completa preparación: más bien, el espacio se da en el proceso de fabricación y despliegue” / Alexander Sekatsky /.

En series de temas anteriores, el autor prestó más atención a los objetos en sí mismos e intentó minimizar el espacio, abolirlo, a veces dejando objetos detallados en un lienzo sin pintar o pintando el fondo con un color uniforme, por ejemplo, óxido de cromo. En el ciclo "Pale Manner", experimentó con los planos espaciales: portador, fondo, "techo", lateral, pintándolos en varios colores de tonalidad clara, distorsionando la estructura cúbica de varias maneras, eliminando los ángulos rectos entre horizontal y vertical. aviones

“Para su nuevo proyecto “Pale Manner”, Valery Valran creó un espacio especial: una caja en la que eliminó la pared frontal y pintó el resto en el color correcto, con solo una pista. Los objetos de vidrio se colocaron en esta estereometría ideal: frascos, botellas, matraces, vasos. Se creó un mundo limpio y estéril, como si estuviera destinado a la investigación científica relacionada con la óptica. En efecto, una serie de lienzos, pintados por el artista a partir de un modelo tridimensional diseñado para sus bodegones, es un experimento extremadamente claro en su secuencia lógica. Su tarea es observar cómo los objetos interactúan con el espacio, entre sí y con sus reflejos, porque en un momento determinado aparece un espejo. Ni siquiera es el resultado lo que importa aquí.

Al comentar sobre el resultado, Valran escribe: “Cuando comencé esta serie, pensé en el silencio del espacio o el espacio del silencio y no imaginé que alcanzaría el espejo y los fantasmas. El arte no tiene premeditación; esta es su misteriosa tarea. Cuando emprendes un viaje, nunca sabes dónde terminarás”.

Para la exposición se preparó y publicó un catálogo con artículos de Alexander Sekatsky y Gleb Ershov.