El problema de entender el arte contemporáneo. Traductor traducir

En primer lugar, el lapso de tiempo que nos separa del arte del pasado, y la falta del mismo a la hora de percibir el arte contemporáneo, afecta inevitablemente a nuestra comprensión de este último. Nos vemos privados de la posibilidad de evaluar objetivamente e interpretar correctamente la modernidad porque nosotros mismos la creamos. Más concretamente, somos capaces de comprender el significado inmediato y profundo de una obra determinada, el significado que originalmente estaba incrustado en ella. Puede que lo comprendamos mejor que las generaciones posteriores, del mismo modo que, por ejemplo, Baudelaire o Hürnberg fueron comprendidos más claramente por sus contemporáneos entonces que por nosotros ahora. Pero no podremos valorar el significado de tal o cual obra de nuestro tiempo. Hace falta tiempo.

En segundo lugar, el arte contemporáneo (hablemos de cine y música) es extremadamente diverso. La cuestión se complica aún más por el hecho de que cada género autónomo es en sí mismo muy ecléctico. Incluso podemos decir que ahora no tenemos que hablar de un género separado en el que crea un artista (en shir.sm.sl.), sino que ahora cada artista, cada músico (grupo musical), cada director – es un género individual separado. Todos crean en la intersección. Por lo tanto, nadie puede referirse a sí mismo a un género concreto. De ahí otra dificultad para interpretar el arte contemporáneo.

En tercer lugar, cabe señalar que el arte de la modernidad se desarrolla de forma muy desigual. Por ejemplo, la música, el cine, la fotografía y quizá la pintura se desarrollan activamente. Menos activa y exitosamente – la literatura. Esto se debe a que la primera de las direcciones del arte mencionadas se caracteriza por una emotividad extrema. Para una persona moderna es muy difícil concentrarse, recogerse en un punto, lo que es necesario, por ejemplo, para escribir o leer una novela seria. La música, la fotografía instantánea, el dibujo, el cine como literatura visual comprimida – todo ello se adapta lo mejor posible a la capacidad de percepción del hombre moderno. No se puede argumentar que nuestra conciencia se ha convertido en «clip». Hay que recordar que una canción o una película – es una obra de arte completa que percibimos de forma holística y en ningún caso recortada. Pero lo que ha cambiado es la cantidad de tiempo que podemos dedicar a una obra concreta. De ahí que la forma de esa obra haya cambiado – se ha vuelto más concisa, precisa, epatante, etc. (dependiendo de los objetivos del autor). (dependiendo de los objetivos del autor). Es importante tener esto en cuenta al analizar el arte contemporáneo.

En general, podemos decir que el principal problema es identificar el arte contemporáneo como arte en general. A menudo nos enfrentamos a la ausencia de puntos de referencia con los que relacionar la obra de los autores contemporáneos. Se ha vuelto imposible compararla con los clásicos, porque es casi imposible encontrar puntos de intersección entre lo antiguo y lo nuevo. O bien se repite lo que ya se ha creado antes, o bien se crea algo completamente distinto a todo lo demás. Los llamados clásicos se quedan un poco al margen. No me refiero a las técnicas técnicas, sino a los significados y las ideas puestas en tal o cual obra. Por ejemplo, un género como el ciberpunk toca capas de la existencia humana completamente distintas de la mera ciencia ficción. Está claro que podemos recurrir a la ciencia ficción como progenitora de tales géneros, pero también está claro que el ciberpunk plantea problemas sobre los que la ciencia ficción no nos dirá nada. Así pues, las creaciones artísticas contemporáneas se lanzan, por así decirlo, a un vacío en el que no hay puntos de referencia, sólo otras nuevas creaciones igualmente abandonadas e individualizadas hasta la muerte.