"La dama perdida" de Willa Cather, resumen Traductor traducir

The Lost Lady fue publicado por la escritora estadounidense Willa Cather en 1923. Ambientado a fines del siglo XIX, el western cuenta la vida de Marian Forrester a través de los ojos de Neil Herbert, un joven de la ciudad ferroviaria de Sweet Water.

El declive financiero y social de los Forrester refleja el declive de la era pionera; el contraste entre esta era idealizada y la era capitalista explotadora es el tema principal de la novela. The Lost Lady fue tan popular que se filmó dos veces, en 1924 y 1934, y se cree que influyó en la novela de F. Scott Fitzgerald El gran Gatsby (1925). Muchos críticos y lectores han notado similitudes entre la Sra. Forrester y Daisy Buchanan.

Resumen de la novela

El esposo de la Sra. Forrester, el capitán Daniel Forrester, es un conocido contratista ferroviario. Pertenece a la clase élite de pioneros y es muy respetado por los otros titanes de la industria que han poblado Occidente. Los Forrester a menudo entretienen a los ejecutivos ferroviarios y otras personas poderosas deteniéndose en el camino hacia su destino. Estas personas admiran a la Sra. Forrester porque es hermosa, encantadora y tiene una habilidad única para encantar a todos los hombres que conoce. Cada invierno, los Forrester regresan a su hogar en Colorado.

Los Forrester, junto con el juez Pommeroy, son los residentes de élite de Sweet Water. Neil Herbert, el sobrino del juez, es un chico de clase media con buenos modales que lo diferencian de sus compañeros cuyos padres son trabajadores y comerciantes. Un día, mientras jugaba con sus amigos en el lote de los Forrester, Neal resulta herido cuando un cruel niño mayor llamado Ivy Peters le saca los ojos a un pájaro carpintero, y Neal se sube a un árbol para sacar al pájaro de su miseria. Neal se derrumba y se desmaya, e Ivy lo lleva a la casa de los Forrester. Mientras la Sra. Forrester lo cuida, Neal está fascinado por la amabilidad y la elegancia de su hogar.

Años más tarde, Neil es invitado a la casa de los Forrester junto con su tío, quien ha sido abogado y amigo del capitán Forrester durante décadas. El padre de Neil se mudó después de que su negocio fracasara, por lo que Neil se queda con su tío y estudia sus libros de derecho. Durante la cena, Neal conoce a Frank Ellinger, un hombre de negocios de Denver, y a la familia Ogden, incluida Constance Ogden, una joven de la edad de Neal. La Sra. Forrester le pide a Neil que entretenga a Constance, pero ella se enamora de Frank Ellinger. A través de una perspectiva diferente a la de Neal, se revela que la Sra. Forrester tiene una aventura con Frank Ellinger.

Neil comienza a pasar mucho tiempo en la casa de los Forrester y se ocupa de su sofisticado estilo de vida. Se enamora de la encantadora Sra. Forrester, que es la mujer más encantadora y perfecta que jamás haya conocido. Neil considera al Capitán Forrester un modelo a seguir, porque es un hombre de gran carácter moral. El Capitán Forrester pierde su fortuna cuando su banco de Colorado colapsa e insiste en un pago completo a los depositantes, a pesar de que otros directores bancarios solo les ofrecen centavos por dólar.

Neil se siente decepcionado cuando se entera de que Frank Ellinger comparte la habitación de la Sra. Forrester mientras su esposo no está. La comprensión de que su mujer ideal le es infiel a su marido hace que Neal pierda la inocencia. El Capitán Forrester sufre un derrame cerebral debido al estrés de la pérdida financiera. Los Forrester se ven obligados a retirarse a Sweet Water, para consternación de la Sra. Forrester, que aprecia una sociedad más refinada en Colorado.

Neal decide estudiar arquitectura en lugar de derecho y se va a estudiar al Instituto Tecnológico de Massachusetts. Antes de irse, va a despedirse de los Forrester, aunque se siente avergonzado porque sabe de la infidelidad de la señora Forrester.

Dos años después, Neil regresa a casa para pasar el verano. En el tren a la ciudad, conoce a Ivy Peters, que se ha convertido en abogada. Neal se entera de que Ivy ha alquilado los pantanos de Forrester y los está cultivando, lo que enfurece a Neal porque el Capitán Forrester siempre ha amado la naturaleza salvaje y la belleza natural de los pantanos. Los Forrester no tuvieron otra opción ya que se encuentran en una situación financiera desesperada. Al llegar a ellos, Neal descubre que el Capitán Forrester se ha vuelto viejo y regordete, pasa todo el tiempo sentado en su jardín de rosas y mirando el reloj de sol.

La Sra. Forrester sigue siendo hermosa, pero también ha envejecido. Ivy Peters merodea por su lote, hablando groseramente con el Capitán Forrester y estando demasiado familiarizada con la Sra. Forrester. Neal le pregunta por qué toleran a Ivy, pero la Sra. Forrester responde que Ivy es una buena empresaria y la ayuda a invertir.

Neil lee en el periódico de Denver que Frank Ellinger se ha casado con Constance Ogden. Como él teme, la Sra. Forrester se entera y aparece borracha en la oficina de su tío en medio de la noche, exigiendo usar el teléfono. Neal logra cortar el cable telefónico para que el operador telefónico no escuche toda la diatriba de la Sra. Forrester. Después de que ella se desmaya, Neal la acuesta, le pide a su tío que la cuide y se asegura de que el Capitán Forrester esté bien.

El Capitán Forrester sufre otro derrame cerebral y queda incapacitado, lo que obliga a su esposa a cuidarlo por completo. Tiene una crisis nerviosa y está tan deprimida que tiene que aceptar la ayuda de las mujeres del pueblo. Las mujeres se burlan y chismean sin descanso sobre la Sra. Forrester, lo que ofende a Neal, por lo que se toma un año sabático de la escuela para atender a los Forrester él mismo.

El Capitán Forrester muere después de expresar su gratitud a Neal por permitirle terminar con su vida con dignidad. La Sra. Forrester coloca un reloj de sol y rosales de su jardín sobre su tumba.

Desde la muerte de su esposo, la Sra. Forrester ha estado actuando de una manera que molesta cada vez más a Neal. Ella reemplaza a su tío con Ivy Peters como su abogada, y Neal se entera de que la Sra. Forrester cuenta con Ivy para ayudarla a vender la casa por más de lo que vale.

Ivy pasa cada vez más tiempo en la casa de la Sra. Forrester, trayendo a otros jóvenes de la ciudad con ella, lo que genera más chismes. Neil intenta advertir a la Sra. Forrester que la gente está hablando de ella, pero a ella no le importa. Ella le dice a Neil que todavía tiene una vida y tiene la intención de ganar suficiente dinero para escapar de Sweet Water.

La Sra. Forrester intenta organizar una cena como las fiestas elegantes que ha organizado en el pasado, invitando a Niel, Ivy y jóvenes de la ciudad, pero las cosas no salen tan bien. Neal salva la noche al pedirle a la Sra. Forrester que cuente la historia de cómo conoció a su esposo. Mientras ella cuenta este cuento de hadas, Neil revive sus viejos sentimientos por ella y cree que aún puede salvarse si el hombre adecuado está cerca.

Neal se prepara para regresar a Boston y va a ver a la Sra. Forrester. A través de la ventana, ve a Ivy Peters abrazando a la Sra. Forrester. Sintiéndose traicionado y enojado, Neil se va de la ciudad sin despedirse, sintiendo que desperdició un año de su vida.

Con los años, Neal perdona a la Sra. Forrester. Está contento de haberla conocido y agradecido por su papel en la formación del hombre en el que se ha convertido. Neal se encuentra con Ed Elliot, un viejo amigo de Sweet Water que está en Chicago por negocios.

Ed revela que vio a la Sra. Forrester en Buenos Aires en un viaje de negocios. Se volvió a casar con un inglés rico y volvió a vivir lujosamente. Niel le pregunta si todavía está viva, pero Ed dice que falleció hace unos años y que su esposo envió dinero para mantener la tumba del Capitán Forrester en nombre de su difunta esposa. Niel se alegra de que la Sra. Forrester haya recuperado la posición en la vida que se merecía, que después de todo no era una dama perdida.