¿Qatar o por qué el capitalismo mata el mercado del arte? Traductor traducir

La corrupción en el mundo del arte es uno de los principales temas de debate: una de cada dos exposiciones de arte es desconcertantemente comercial. Puede que no sea tan obvio para quienes no forman parte del mercado del arte, pero fíjense: el creciente papel del arte como mercancía de inversión para los ultrarricos parece distorsionar cada vez más el proceso de toma de cualquier decisión sobre arte para el resto de nosotros. Y la mejor prueba de ello es un cuadro de Paul Gauguin que se vendió no hace mucho por 300 millones de dólares.

Museo de Arte de Qatar

Cualquier discusión sobre el valor monetario de los objetos de arte provoca un enfado bastante frustrado entre los verdaderos artistas, también porque genera demasiadas «obras comerciales» hechas sólo para la venta y que a menudo no tienen nada que ver con el arte genuino.

Un cuadro de 1892 de Paul Gauguin ha actualizado el récord: ahora es el cuadro más caro jamás vendido. Durante los últimos 50 años, la obra ha estado expuesta en el Kunsthistorisches Museum de Basilea (Suiza), pero su anterior propietario pensó que podría sacar un buen beneficio de ella y no se equivocó.

Hay varios aspectos francamente desconcertantes en esta historia. En primer lugar, ¿por qué exactamente vale tanto Gauguin? En segundo lugar, ¿por qué exactamente Qatar está dispuesto a pagar tanto dinero por arte? Los economistas se hacen estas preguntas. ¿Existe un componente estético en el interés por este cuadro o se trata de una decisión puramente comercial? La lista de los 10 cuadros más caros jamás vendidos no ofrece ninguna explicación de por qué algunos artistas han llegado a ser tan valiosos y otros no. La lista incluye a Renoir, Picasso, Pollock, Kooning, Klimt y Bacon - una mezcla de modernistas sofisticados y autores populares «de bellos cuadros». En muchos casos, el precio de venta viene determinado únicamente por la experiencia pasada, es decir, la obra de un artista sólo es valiosa porque alguien pagó una suma redonda por ella en el pasado. El resultado es un círculo vicioso controlado por marchantes y coleccionistas, cuyo interés es mantener los precios lo más altos posible.

Paul Gauguin, por ejemplo, no fue muy famoso en vida; el valor de sus cuadros aumentó espectacularmente muchos años después de su muerte. La paradoja de las paradojas: un país que observa estrictamente la sharia compra un cuadro de un artista cuya vida dista mucho de las normas de la moral y la ética. Abandonando a su mujer y a sus cinco hijos, Gauguin se fue a vivir a las islas del sur, donde mantuvo numerosas relaciones con mujeres jóvenes y murió, debilitado por el alcohol y posiblemente por la sífilis, debido a una sobredosis de morfina.

Ahora, debido al inimaginable valor de su pintura, se le asocia estrechamente con conceptos como «élite» y «lujo».

No sabemos si el cuadro, valorado en 300 millones de dólares, se expondrá al público o estará en una colección privada cerrada. La familia real de Qatar ha hecho del coleccionismo de arte su misión.

Con un gusto exquisito, ya poseen valiosos ejemplos de arte islámico, tanto antiguo como moderno, así como «sofisticados» ejemplos de arte occidental moderno, como obras de Damien Hirst y Louise Bourgeois.

En la actualidad, Qatar es el mayor comprador de arte del mundo. La familia Al Thani es capaz casi en solitario de hacer subir los precios del arte mundial porque está dispuesta a pagar más que nadie por cualquier obra valiosa. Un miembro de la familia, Saud bin Mohammed Al Thani, fue incluso acusado de gasto imprudente y puesto bajo arresto domiciliario en 2005 tras no pagar la factura de una compra de 20 millones de dólares.

Sin embargo, en el caso de una monarquía absoluta, es imposible separar el dinero público del privado, por lo que no se puede decir que la recaudación pertenezca a la familia real, igualmente pertenece al pueblo de Qatar. Sólo queda abierta la cuestión de la motivación de la familia Al Thani: ¿lo hacen por amor al arte y por el deseo de ofrecer una valiosa experiencia educativa a sus ciudadanos, o es simplemente una inversión en la economía y un deseo de ser los primeros en todo?

Anna Sidorova © Gallerix.ru