MANTEGNA ANDREA – St. Sebastian, ca Louvre (Paris)

Descripción del cuadro "San Sebastián" de Andrea Mantegna

Entre los espléndidos lienzos de Andrea Mantegna sobre temas espirituales se encuentra una serie de tres pinturas creadas en distintas épocas bajo el mismo título, "San Sebastián". El más famoso de ellos - la segunda obra de 1480, que ahora se almacena en el Louvre.

Sebastián es hoy un santo canonizado, pero antes -entre los siglos III y IV- fue soldado de la legión y seguidor de las enseñanzas cristianas. El emperador gobernante Diocleciano estaba en contra de Jesús y sus seguidores y los persiguió duramente. Al enterarse de que un predicador de la nueva fe había aparecido entre sus legionarios, ordenó a sus compañeros que dispararan al apóstata con flechas hasta matarlo.

Como la historia nos informa, el cristiano sobrevivió y fue sacado por su esposa u otro partidario de Cristo. El hombre continuó la labor de predicación, lo que le llevó a una segunda ejecución. Esta vez fue apedreado hasta la muerte y su cuerpo fue arrojado a una alcantarilla de la ciudad. Por indicación del ángel, el cuerpo fue encontrado por Christian Lukina, que lo enterró en las catacumbas.

La representación del martirio de Sebastián es un tema religioso bastante común entre los pintores. Pero cada uno de ellos ve y muestra a los espectadores diferentes facetas de la hazaña espiritual del hombre y su importancia para la historia. Mantegna pintó al santo en 1480 como un hombre valiente.

Toda la parte inferior del torso está plagada de flechas de arquero. Las piernas están atadas a una estatua antigua que se desmorona. Se trata de un símbolo histórico: la caída de los ídolos grecorromanos, el paso al olvido del paganismo. Debajo de la "estatua" del mártir, se pueden ver los restos del héroe de mármol completamente destruido. El hombre asesinado es fuerte, sus ojos se dirigen fielmente al cielo, su rostro está marcado con arrugas como prueba de sabiduría y conocimiento.

Mantegna prestó mucha atención a los detalles en su representación del cuerpo, la arquitectura y el fondo. El maravilloso detalle de la descripción retrocede sólo ante la idea ingeniosamente plasmada de la formación del cristianismo mediante el derramamiento de la sangre de los mártires.