Young gardener. 1817 Oil on canvas. 62h49, 5 RM Orest Adamovich Kiprensky (1782-1836)

Descripción del cuadro "El joven jardinero" de Orest Kiprensky

Orest Adamovich Kiprensky fue un debutante de la exploración romántica en la pintura rusa y un gran retratista. En su constante búsqueda creativa, soñaba con pintar obras de gran tamaño basadas en historias históricas y míticas. Su técnica y su estilo se han comparado con los de Rubens, y a veces incluso se confunde la propia obra de Kiprensky con la del pintor flamenco.

Sus contemporáneos le llamaban el Van Dyck ruso. Los retratos fueron su mayor éxito. Sus obras en este género de dibujo eran realmente maravillosas e inimitablemente bellas, aportando satisfacción y solaz al "alma rebelde" del propio artista.

Siempre le fascinó el tema de la pintura humana. Inspirado en el intento de penetrar y revelar el misterio de la vida de otro. En un momento dado, el retrato se convierte en una tendencia central en el arte de Kiprensky. Fue el primero en empezar a desarrollar una composición de retratos en la que la filiación social del modelo pierde su significado original. El artista pone su interés en la personalidad del hombre, su valor en sí mismo.

Uno de sus famosos retratos es El joven jardinero, pintado en 1817. La creación del cuadro coincidió con la estancia del artista en Italia. En aquella época era un país de eterna belleza, poesía y armonía con la naturaleza. Todas estas características se reflejaron en una dirección de la pintura italiana como es el "género italianizante". Orest Adamovich, estudiando las obras de los pintores italianos, reflejó perfectamente en este cuadro el primer intento de trabajar en este estilo. О. Kiprensky consiguió evitar la imitación ciega y aportar su propio toque personal. Abrió Rusia a los italianos y recibió el honor de un encargo privado de la Galería Uffizi.

Un niño adorable y dulce cuya pose está llena de apatía pacífica. Esta última refleja una compleja técnica compositiva nueva para el artista, basada en un círculo. La mirada del jardinero está fija en el espacio, distraída e indiferente. Las flores apretadas por su mano y un pequeño chorro de agua que brota de una piedra aportan serenidad y paz. Se observan nuevos efectos coloristas, contornos grabados y un sutil trabajo de "esmaltado" que confiere a la piel suavidad y luminosidad. La imagen del joven jardinero respira alegría e inocencia.